Fernando Ramos

El carácter y la personalidad del ser humano son determinados por los eventos que suceden en su entorno, durante toda su existencia. Hechos traumáticos como: la muerte de los padres, abuso sexual, violencia intrafamiliar, por mencionar algunos, influyen negativamente; sin embargo, dependiendo de la voluntad de cada uno el efecto puede revertirse, otorgando templanza, según la capacidad de asimilar.

No sólo los hechos violentos constituyen influencia negativa, muchas veces las acciones, de padres o allegados, encaminadas a hacer más fácil la vida de alguien, provocan reacciones adversas. Lo cierto es que todas las experiencias o sucesos, se convierten en imágenes permanentes y dan forma a los miedos de las personas.

En septiembre de 2004 la cadena ABC estrenó «Lost», serie de televisión que a la fecha emite su quinta temporada. La historia inicia cuando el vuelo 815, de la aerolí­nea Oceanic, se estrella contra una isla del pací­fico; luego de sortear los problemas del accidente y de sopesar la muerte de muchos pasajeros, los sobrevivientes piensan que serán rescatados en poco tiempo; pero tal cosa no sucede, a cambio empiezan a observar fenómenos raros y situaciones inexplicables que pasan en la isla.

La serie es una mezcla de drama, aventura, ciencia-ficción, todo contado a manera de rompecabezas, que toma forma en la medida que avanzan los episodios. í‰se es el mayor logro de la producción, conseguir, con pocas incoherencias, que todas las piezas vayan encajando.

Se trata de una historia coral, en donde se mezclan, de forma inteligente, las vidas de los personajes; cada uno tiene un pasado que lo agobia. En el desarrollo de la trama, los fenómenos que ocurren les dan la oportunidad de enfrentarse a sus propios miedos, de resolver temas que tienen pendientes, de hacer las paces con ellos mismos. En ese sentido el argumento tiene alto contenido filosófico, la isla es el paraí­so, pero como todo lo trascendental para el ser humano, difí­cilmente se llega a reconocer.

Todos los protagonistas tienen culpas y necesidad de redención, y sobre esa base han creado su código de conducta, situación que trasladan a su nuevo hábitat.

Principalmente en la primera temporada, la mejor de las cinco, se ve expuesta la condición humana, pues se demuestra que, en situaciones lí­mite, todos sacan lo que está en lo profundo de su interior, sea bueno, malo, intrascendente, o como quiera llamársele.

Aunque la profundidad de la primera temporada no se sostiene, pues los cuestionamientos filosóficos y existenciales ceden ante la acción y la ciencia-ficción, y la forma de presentar cada episodio, con «flashbacks» o «flashforwards», según lo que se cuente, son recurrentes y llegan a ser cansados; los productores se las han ingeniado para dar giros interesantes cada vez que está a punto de perderse la atención; además, con buen tino, han anunciado que la serie terminará con la sexta temporada, por lo que todos los enigmas y cabos sueltos, que han ido quedando, serán resueltos en el año 2010.

«Lost» es un producto merecedor de ser visto, cada temporada tiene algo especial, que induce al espectador a crear sus propias teorí­as con respecto a lo que se ve en pantalla. Si bien es cierto, año con año, la calidad ha descendido, el conjunto es muy superior al promedio de las series de televisión.