Los Tres Niveles del Civismo


El civismo está de vuelta. Para algunas personas la oposición a un gobierno es civismo, porque trasciende las diferencias partidarias. Para otras el civismo es puro mientras la polí­tica es sucia. Pero realmente, ¿qué es el civismo?

Por Marco Tulio Cajas L.

Los antiguos griegos estaban convencidos de que así­ como conocemos las virtudes personales también existen las virtudes cí­vicas que tienen que ver con las relaciones con los demás. Es más, para los filósofos griegos, las virtudes personales, y la misma condición de humanidad, sólo tienen sentido a la luz de que se vive con otros. Ser humano es ser social, decí­an.

Modernamente los pensadores de la ética civil discuten sobre cuáles han de ser las virtudes cí­vicas que hay que transmitir en una sociedad democrática. Así­ que mientras, para algunos serí­an la libertad, la igualdad, la solidaridad, el respeto y el diálogo; para otros la lista debe incluir la solidaridad, la responsabilidad, la tolerancia, la profesionalidad y la buena educación.

A efectos de simplificar las ideas podemos imaginar el civismo como un edificio construido en tres niveles. La buena educación, la urbanidad o el respeto a los demás es el primer nivel. Es lo que deberí­a brindar la educación primaria que comienza en el hogar y continúa en la escuela. Se conjuga el respeto a los demás como parte del valor que cada individuo se atribuye a sí­ mismo.

Hay un segundo nivel donde la persona adquiere la conciencia de que pertenece a una entidad que sobrepasa a la familia. Es el colectivo que nos permite convivir. Es lo que puede llamarse como un orden social. Desde siempre se le ha llamado patria. Y a ese colectivo se le ama, se le respeta y se le sirve. Por lo que en el segundo nivel se cultiva el amor a la patria, el respeto a los sí­mbolos nacionales. Pero también la conciencia de que hay un patrimonio común en la historia y en el ámbito de la naturaleza.

Ubicados en el tercer nivel observamos que el civismo va más allá de la buena educación y del amor a la patria. Civismo es la práctica activa de la ciudadaní­a. Civismo es ejercer y reclamar los derechos ciudadanos que suelen atropellar o ignorar los gobiernos. Por ello, civismo es superar la indiferencia social y polí­tica y cuánta falta nos hace ese civismo en una sociedad acostumbrada a dejar pasar y dejar hacer.

Como se ve, el civismo tiene varios enfoques, pero lo que parece urgente es la necesidad de fomentar y educar a la población en una serie de hábitos de conducta que conformen y ordenen nuestras relaciones sociales. Así­ como superar el inmovilismo, para que la ciudadaní­a se ejerza como parte de las virtudes cí­vicas que deben ser parte del carácter moral de cada persona.

NOTA: A partir de esta fecha se da inicio a la columna «Jueves Cí­vico» de la Organización Cí­vica de Guatemala (OCG), una Asociación no partidaria dedicada a la práctica y fomento del civismo y cuya página se encuentra en www.ocgt.org Sus comentarios y aportes serán bienvenidos.