Cuando se apagó el aire acondicionado en el estadio de San Antonio, muchos de los Spurs se sintieron como en casa… en su tierra natal.
Son un equipo lleno de extranjeros, acostumbrados a jugar en lugares donde el aire acondicionado no sólo no es opcional, sino que ni siquiera está disponible.
«Es de locura en ocasiones», comentó ayer el alero francés Boris Diaw. «Llega a 95, 96 (grados Fahrenheit; 35 a 35.5 Celsius)».
No estaba tan caliente en el interior del AT&T Center durante el primer juego de la serie final de la NBA, cuando la temperatura se mantuvo alrededor de los 32 grados centígrados (90 F) y el termómetro obtuvo tanta atención como el marcador en la victoria de los Spurs por 110-95 sobre el Heat de Miami.
El equipo de San Antonio no fue inmune a la humedad y el calor en el estadio, sino que simplemente lo manejó mejor.
La franquicia tiene nueve jugadores nacidos en el extranjero, los cuales representan a siete naciones —un récord en la NBA–, e incluso Danny Green, uno de los pocos estadounidenses del equipo, ya había jugado a nivel internacional al principio de su carrera cuando no pudo colocarse en la liga estadounidense. Y mientras Diaw decía que fue el partido más caluroso de la NBA que podía recordar, todos los Spurs dijeron que habían enfrentado peores.
Probablemente no tendrán que pasar por lo mismo nuevamente, al menos no en esta serie.
Los equipos ya tenían programado trabajar el viernes y sábado en la instalación de entrenamiento de los Spurs, y directivos del equipo de San Antonio anunciaron justo antes de que iniciara la práctica que el sistema de aire acondicionado estaba «en condición óptima de operación».
El comisionado Adam Silver dijo que falló un interruptor de aproximadamente el tamaño de una batería de automóvil, y los trabajadores de mantenimiento no pudieron reemplazarlo porque desconocían qué efecto tendría sobre el resto del servicio eléctrico del estadio.
Silver señaló que trabajadores de las instalaciones y de la liga, junto con un experto externo, revisaron todo y confían en que está reparado y en buen estado para el segundo juego, el cual se disputará el domingo por la noche.
Y de no ser así, los Spurs probablemente lo podrán manejar.
Ellos han desarrollado fortaleza mental, del tipo que se requiere para recuperarse de la muy angustiante derrota del año pasado en la final por el título de la NBA ante el Heat y conseguir vencer este año.
Así, San Antonio no va a tambalearse por algo como las condiciones en las que se lleve a cabo el partido. Será tarea del Heat lograr que se resquebraje.