Desde sus lejanos inicios al culto religioso, fue famoso en la Catedral de Sevilla, el canto y la danza sagrada de los Seises, ante el Santísimo Sacramento en la Octava de Corpus, de la Inmaculada Concepción y en el Triduo de Carnaval.
La Catedral de Sevilla, que sus inicios datan del año de 1401, es la más grande de las catedrales del mundo cristiano, con cinco naves amplias de estilo gótico y columnas que alcanzan los quince metros de altura y sostienen sesenta y ocho bóvedas ojivales. Se accede por diez puertas siendo la más antigua la de El Perdón. Cuando los Canónigos tomaron la decisión de levantar la Catedral sobre la antigua mezquita árabe que a la vez fue construida en el sitio y con los materiales del circo romano, lo hicieron de esta manera “Hagamos una iglesia hermosa y tan grandiosa que los que la vieren labrada nos tengan por locos.”
Está dedicada a Santa María de la Sede y entre sus ceremonias principales, está la participación de los Seises. Seis niños que revestidos de pajes de diferente color para la octava del Corpus que para la octava de la Inmaculada, cantan en el coro. Son los acólitos en las misas y danzan especialmente en las tres grandes festividades.
Cantan himnos eucarísticos como Pange Lingua escrito por Santo Tomás de Aquino cuyas últimas estrofas es el Tantum Ergo y terminaban su participación con Benedicamus domino, que quiere decir: bendigamos al Señor. Estos cantos eucarísticos los conserva el Codex Calixtimus.
Dos niños cantores subían al coro mientras sonaban los tres órganos de la iglesia y a una señal, se echaban al vuelo las campanas.
Los Seises, vivían en casa del maestro de capilla, quien se encargaba de su educación y alimentación. Eran seis niños entre los cinco y los diez años de edad. Si se agregaba uno más, se le llama supernumerario.
La Catedral de la Nueva Guatemala de la Asunción, contó también con los Seises que cantaban y danzaban frente al Santísimo Sacramento en la festividad del Corpus Christi.
Por decreto del Ylmo. Sr. Arzobispo Dr. Cayetano Francos y Monroy de 3 de noviembre de1781 y auto del Venerable Sr. Dean y Cabildo de fecha 7 del mismo mes y año, se compró la casa a doña María Josefa Montúfar para que sirva de Colegio a los Ynfantes Seises. Se contó con los réditos del aniversario de Ntra. Sra. del Carmen y San Lorenzo que fundó el señor Lorenzo Pérez Dardón con el principal de mil 500 pesos. Se contó también con los réditos del Aniversario de San Martín que fundó el señor don Martín García de Sagastizabal con el principal de 700 pesos, para la casa que se compró para Colegio de Seises que fue, a la vez, el embrión de lo que más tarde sería, el renombrado Colegio San José de los Infantes.
Los Seises en Guatemala, también vivían en casa del Maestro de Capilla, quien cuidaba de su educación, alimentación y preparación de su voz, para solemnizar las grandes ceremonias catedralicias.
La octava fue una ceremonia tan solemne como el mismo Corpus Christi. La octava de Corpus Christi en la Catedral de la ciudad de Antigua Guatemala, fue por largos años, una festividad en la que participaba toda la ciudad. Se renovaba el adorno del Altar Mayor y cuatro altares eran ornamentados con cortinas, flores y velas en candelabros altos. Terminado el rezo, se iniciaba una solemne procesión eucarística en las dos naves catedralicias. Se cantaban himnos eucarísticos solemnes acompañados del órgano que el maestro de capilla, don José María Vielman España, hacía sonar hasta inundar las naves cuyas notas se escapaban por las dos puertas abiertas de par en par, al oriente y al poniente. Los sacerdotes vestían dalmática y vecinos honorables portaban las insignias.
Al momento de impartir la bendición, sonaban en la iglesia, las campanas de mano y las ruedas de campanillas y en lo alto, las campanas se echaban al vuelo y por más de media hora, se quemaban bombas y cohetes. Era una octava de Corpus, esperada por los vecinos antigüeños que, espontáneamente contribuían con flores, incienso, cohetes y bombas, especialmente por su sacristán Julio Rodríguez, que fue el organizador de la ceremonia religiosa y popular.