Los recursos humanos estatales


Miguel-Saquimux-2012

Los procesos de selección de personal en el sector Gobierno son poco objetivos, disminuyendo de esta manera la eficiencia en el que hacer de las instituciones públicas, generando al mismo tiempo un descenso en la calidad de los servicios brindados. En otras palabras, podría afirmarse que, derivado de la precariedad en el sistema de contratación de personal, las funciones que se ejecutan en este sector cada vez representan mayores costos de operación.

Miguel Saquimux


Antes que nada, debe hacerse la aclaración que una organización gubernamental es distinta a una entidad privada con fines de lucro, sin embargo, ambas deberían de caracterizarse por tener semejanza en sus metas de niveles de eficiencia y calidad de servicio prestado.

El recurso humano es fundamental en cualquier organización, es por ello que este debe ser seleccionado con sumo cuidado, dado que solo de esta manera podrán ejecutarse satisfactoriamente las tareas asignadas a cada puesto que ocupen los nuevos empleados. Es aquí donde descansa la importancia que el Gobierno aplique una política de selección de personal adecuada, en donde las personas sean seleccionadas por capacidades y no por factores externos que perjudiquen el funcionamiento organizacional.
 
El objetivo de esta columna es darle un vistazo a lo que acontece con la gestión pública en el país, profundizando reducidamente en el sistema de selección y contratación que aplican las instituciones de Gobierno. Para esto, podría iniciarse con el planteamiento siguiente: ¿qué aspectos toman en cuenta los departamentos de Recursos Humanos –RR. HH.– para seleccionar el personal a contratar? A lo que se podría responder que, en la mayoría de casos el principal aspecto que se toma es la afinidad que el contratado tenga con el político de turno que posea mayor influencia sobre estos cargos, o con algún individuo –no necesariamente debe ser político– que goce de autoridad para imponer al nuevo personal.
 
Claramente se denota que la capacidad –corpórea e intelectual– del personal queda relegada a un segundo plano, y que lo importante en este proceso es la capacidad de manipular influencias, mismas que permitan ser contratados o en el peor de los casos ascendidos a puestos que exigen mayores habilidades, conocimientos, destrezas o experiencias. Pero más allá de la contratación, es deplorable observar que las instituciones que incurren en estas fallas, su ineficacia se encuentra determinada en gran medida por la duplicidad o triplicidad en puestos laborales, es decir, que para el puesto que perfectamente puede ser desempeñado por una persona, son contratados más de un individuo, convirtiéndose esto en un foco de improductividad.

En conclusión, siendo los RR. HH. una herramienta para seleccionar, contratar y capacitar personal, ha quedado fracasada en la gestión pública. Puesto que, en estos espacios no se contrata a los mejores o a las personas con mayor cantidad de capacidades, sino más bien a los que poseen el máximo volumen de “contactos” laborales, haciendo la salvedad que no es la generalidad, porque de lo contrario la maquinaria estatal quedaría varada, al no tener ningún trabajador competente. Sin embargo, bastaría con realizar un muestreo aleatorio simple para calificar y posteriormente comparar los sueldos obtenidos en el sector público con la productividad de cada trabajador, estableciendo de esta manera si existe coherencia entre los mismos. En fin, una de las soluciones, es la correcta aplicación de la administración, siempre que esta se encuentre fuera del alcance de los intereses políticos.