Miles de manifestantes airados por la crisis económica volvieron a llenar ayer la plaza madrileña de la Puerta del Sol, donde confluyeron numerosas marchas procedentes de diversas partes de España.
Siete columnas de «indignados» llegaron a la plaza donde otros inconformes habían acampado durante tres semanas en mayo. Se les unieron muchos más que llegaron a la capital en transporte público.
«Â¡Los políticos no nos representan! «No, no, no, que no nos representan», entonaba la multitud con algunos carteles hechos a mano donde se leía «No es la crisis, es el sistema lo que está mal».
Algunos manifestantes comenzaron su marcha hace 34 días y caminaron 650 kilómetros (404 millas) desde la ciudad de Cádiz, al suroeste.
Fisioterapeutas y masajistas acompañaban a los activistas para tratarles las piernas adoloridas y pies con ampollas.
La movilización ganó simpatizantes en toda España y en algunas partes de Europa, en las que se han instalado campamentos similares.
Tras vitorear cuando el reloj del ayuntamiento marcó la medianoche del sábado, la multitud se dispersó y cientos de manifestantes instalaron tiendas de campaña o extendieron sacos para dormir en la avenida Paseo del Prado. Las grandes marchas culminaron con una concentración multitudinaria.
Los manifestantes dijeron que la protesta buscaba mostrar la indignación de los jóvenes hacia el desempleo y el liderazgo político, al que consideran indiferente, corrupto e inepto.
«En esta manifestación se encuentra gente muy calificada porque no puede encontrar un empleo», dijo Amanda Sastre, de 24 años. «Todo lo que queremos es la dignidad de obtener un ingreso y una vida digna».
Después de dos años de recesión, España registra un desempleo de 21% —el más alto de las 17 naciones de la eurozona— y resiente una abultada deuda. La desocupación entre las personas de 16 a 29 años se sitúa en alrededor de 35%.
Algunos participantes dijeron que consideran continuar su marcha hasta Bruselas para mantener la atención de la ciudadanía en el movimiento de protestas.
España también tiene un pesado déficit y está tratando de convencer a los inversionistas de que puede manejar su deuda y que no necesitará ayuda financiera como Grecia, Irlanda y Portugal.
Los manifestantes también tenían previstos actos en la calle Alcalá y el parque del Retiro. Los organizadores prevén la llegada a Madrid de al menos 300 autobuses con más «indignados» durante la semana.