Los problemas de Chávez en Venezuela


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Mientras el presidente Hugo Chávez se recupera de una operación en Cuba, sus problemas en Venezuela aumentan.

Aparte de una inflación de 23% y una creciente deuda pública, los apagones se han convertido en un dilema serio que ha obligado al gobierno de Chávez a imponer un plan de ahorro energético que incluye la suspensión escalada del servicio eléctrico en algunas partes del paí­s.

Por IAN JAMES
CARACAS / Agencia AP

Chávez está cada vez más enfocado en fortalecer su apoyo popular de cara a su campaña de reelección en los comicios de 2012, y algunos analistas afirman que sus problemas domésticos parecen debilitar su influencia en América Latina.

«El presidente Chávez está viviendo un momento muy difí­cil» dijo Marí­a Teresa Romero, una profesora de estudios internacionales en la Universidad Central de Venezuela. «Ya no es el Hugo Chávez que fue hace cuatro, cinco años».

Agregó que Chávez ya no tiene la capacidad financiera para impulsar una diplomacia de recursos petroleros como años atrás y cada dí­a se desgasta más con temas polémicos como los apagones, violentos motines en las cárceles y carencias en el sistema de salud.

«Si no puede manejar problemas tan graves que se le están escapando de las manos, como el de la electricidad… ¿cómo se explica que va a ayudar a los otros paí­ses?», dijo Romero. En America Latina, tiene «una imagen de debilidad muy grande», agregó.

El lí­der izquierdista por mucho tiempo ha fortalecido sus alianzas a través de la venta de petróleo por crédito e inversiones para la construcción de refinerí­as en paí­ses como Ecuador y Brasil. Pero los proyectos de refinerí­as han sido postergados por años, y otras ideas de Chávez, como la de construir un ducto de gas natural por Sudamérica, no han empezado.

Un creciente número de lí­deres izquierdistas han ascendido al poder en América Latina durante los más de 12 años que Chávez ha gobernado Venezuela. Ha tenido relaciones cercanas con varios presidentes como Evo Morales, de Bolivia, y Cristina Fernández, de Argentina.

Pero en algunos paí­ses, la opinión pública lo desfavorece, como es el caso de Perú. El presidente electo de ese paí­s, Ollanta Humala, que una vez fue un admirador abierto de Chávez, se ha distanciado del lí­der venezolano y ha señalado que prefiere las polí­ticas moderadas —y alentadoras para la empresa privada— del ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva.

En una encuesta realizada en 18 paí­ses el año pasado para Latinobarómetro, Chávez fue evaluado con 3,9 en una escala de 1 a 10, siendo 1 muy mala y 10 muy buena. Fue el segundo peor calificado, después de su aliado y mentor Fidel Castro, de Cuba.

Chávez recibió un 5 en la misma encuesta del 2005 y ha ido bajando gradualmente desde entonces, dijo Carlos Macuada, investigador de Latinobarómetro en Chile.

«A medida que han pasado los años, su imagen ha sido cada vez evaluada de manera más negativa por los latinoamericanos», dijo Macuado.

La encuesta, realizada en septiembre y octubre a más de 20.000 personas, tuvo un margen de error de más menos tres puntos porcentuales, agregó. La opinión pública sobre Chávez varí­a mucho en cada paí­s. En República Dominicana y en Venezuela, 68% y 55% tiene una opinión favorable del presidente, respectivamente. En contraste, en Colombia y México sólo un 14% expresaron una opinión favorable de Chávez, mientras que en Perú fue de 18%.

La popularidad de Chávez en Venezuela ha disminuido en los últimos años en medio de una recesión económica, y se ha quedado en un 50%. Las encuestas señalan que sigue siendo el polí­tico más popular del paí­s, y en los últimos meses la economí­a nacional ha vuelto a crecer. Otros problemas, sin embargo, pesan sobre Chávez, como tener la inflación más alta de América Latina, uno de los mayores í­ndices de homicidio de la región y un nivel de corrupción que algunos crí­ticos califican como entre los peores del mundo.

Mientras Chávez se recupera en Cuba, un motí­n en una cárcel mató a 22 personas. Por lo menos dos soldados y un preso murieron dí­as después cuando el ejército tomó la cárcel para desarmar a los prisioneros. El motí­n sangriento llevó al gobierno a anunciar planes para un nuevo ministerio dedicado a asuntos carcelarios.

No se sabe con certeza cuándo regresará Chávez de Cuba, donde fue operado el 10 de junio por un absceso pélvico. La prensa oficial cubana publicó fotos de Chávez parado el sábado al lado de su cama hospitalaria, acompañado de Fidel y Raúl Castro, ambos sonrientes.

No cabe duda de que Chávez desearí­a regresar a Caracas para una cumbre de presidentes de las Américas que empieza el 5 de julio, el dí­a del bicentenario de la independencia de Venezuela. Chávez ha promovido la reunión como una oportunidad de sentar las bases para un nuevo bloque regional, conocido como la Comunidad de América Latina y el Caribe, que excluirí­a a Estados Unidos y Canadá.

Sin embargo, Romero dijo que Chávez claramente se está enfocando principalmente en los problemas internos de Venezuela, mientras se modera internacionalmente e intenta evitar las rencillas verbales que ha tenido en años anteriores con lí­deres de Colombia, México y otros paí­ses.

«No ha vuelto a pelear realmente con ninguno, y no creo que lo haga de aquí­ a las elecciones de 2012», dijo Romero.

CíRCELES Sigue motí­n


Disparos esporádicos y nubes de gas lacrimógeno dominaban el ambiente en las afueras de una prisión cercana a Caracas, mientras la Guardia Nacional luchaba por acabar con el violento motí­n que dejó el viernes dos militares y un recluso muertos, según los informes oficiales.

Un grupo de unos 60 reclusos, encabezados por dos reos, continuaba sin entregarse a las autoridades en El Rodeo II, mientras familiares aguardaban noticias sobre los internos en las colinas de la zona.

Evelyn Rodrí­guez, de 27 años, jadeaba al mirar con binoculares una parte de la prisión que se habí­a ennegrecido horas antes por un incendio.

«Mi esposo y mi hermano estaban dentro de ese edificio», dijo tratando de contener las lágrimas. «No tengo idea qué ha pasado con ellos», comentó.

El viceministro de Prevención y Seguridad Ciudadana, Néstor Reverol, dijo que el incendio se generó por un corto circuito cuando ya la zona se encontraba evacuada.

El ministro de Interior y Justicia Tareck El Aissami informó a medios oficiales el domingo que al menos 2.500 internos fueron trasladados de El Rodeo I a otros centros penitenciarios vací­os donde permanecerán por dos semanas mientras las autoridades revisan y limpian las áreas del penal.

Otros 900 reclusos permanecí­an en el patio de esa cárcel, pero también pudieran ser trasladados.

Desde dentro, reclusos con teléfonos móviles dijeron a sus familiares que el incendio habí­a sido provocado por la Guardia Nacional, pero no se pudo comprobar la información de manera independiente.

En los penales El Rodeo I y II, separados por un muro en la localidad de Guatire, a unos 50 kilómetros de la capital venezolana, se han registrados violentas disputas entre jefes de los reclusos que buscan el control entre la población penal e intentan evitar que los trasladen y que los militares ingresen a requisar.

Hace siete dí­as hubo un enfrentamiento interno en el que murieron 21 presos y un visitante.

El viernes se realizó una requisa con miles de efectivos de la Guardia Nacional, pero los reclusos reaccionaron atacando con armas de fuego, incluso de largo alcance, lo que resultó en la muerte de dos militares y un recluso, y dejó unos 18 heridos.

El motí­n continuó el sábado y el domingo incrementándose los disparos cuando los militares se acercaban, según periodistas y autoridades.

Un reportero y un fotógrafo de Associated Press vieron circular media docena de vehí­culos blindados por los patios de esas prisiones, mientras que desde las colinas efectivos disparaban bombas de gas lacrimógeno.

A su vez se escuchaban disparos esporádicos dentro del penal.

El ministro el Aissami aseguró que el traslado pretendí­a proteger a los presos de los disparos que del sector La Torre de El Rodeo II, y que se buscaba profundizar la requisa y clasificar a los reclusos para luego regresarlos a las instalaciones.

Los lí­deres de la revuelta, que siguen atrincherados en La Torre, serí­an dos reclusos que sólo han sido identificados por sus alias «El Oriente» y «El Jofre» o «El Yofre», y que están acompañados de unos 60 presos.

El Aissami adujo que los reos «son el resultado de una polí­tica salvaje de exclusión. Pero ellos tienen que entender que aquí­ hay un Estado».

El ministro dijo que los amotinados incluso han impedido la entrada de comida y bebida, mientras que la cadena regional de noticias Telesur reportó que las autoridades cortaron el servicio de electricidad al penal.

«No nos vamos a retirar hasta lograr la requisa», advirtió el funcionario.

Unos 4.000 militares intentaron retomar el sábado el control de los penales y en el operativo murieron los dos efectivos de la Guardia Nacional y el recluso.

En las requisas que se han realizado se han incautado siete fusiles, cinco escopetas, 20 pistolas, ocho granadas de mano, 45 kilogramos de cocaí­na, 5.000 cartuchos para fusil, 100 teléfonos celulares, al menos tres computadoras portátiles y 12 kilogramos de marihuana.

A las afueras de esos penales, familiares de los presos han protestado durante una semana porque desconocen el paradero de los recluidos, registrándose escenas de dramatismo e histeria de los parientes.

Pero la tarde del domingo aseguraron estar tranquilos luego de una reunión que tuvieron con las autoridades, las cuales les ofrecieron que una comisión de familiares viaje a ver a los reclusos trasladados, visite a los que quedan en el penal y reciban una lista de todos los presos con el detalle de su paradero el lunes o martes.

«A los que quedan ahí­ los tienen agachados, protegiéndolos de los tiros del otro lado», dijo a la televisión oficial Cristina Mancini, madre de un preso.

Además aseguró que estaban buscando a familiares de reclusos de El Rodeo II para que ayuden a negociar la rendición.

El Aissami comentó que párrocos católicos y evangélicos también intentarán hablar con los reclusos para pedirles que depongan su actitud.