Los Presidentes de la Apertura Democrática (Cuarta entrega y final)


ílvaro Arzú, dos veces alcalde, conocí­a del manejo del poder aunque no en la dimensión presidencial, su elección resultó complicada por un diputado desconocido que subió con el apoyo de Rí­os Montt y perdió con la diferencia de19 mil votos.

Mario Castejón

Arzú tuvo un crescendo deslumbrante hacia el exterior cuando al año de haber asumido se firmó la paz con la URNG, terminando un conflicto de 33 años que costó muchas vidas sin haber tocado fondo en los problemas de Guatemala y su solución. De entrada la muerte violenta de un empleado de lecherí­a que su guardia personal confundió con un magnicida habí­a ensombrecido el inicio de su gestión.

Arzú posesionó el 14 de Enero de 1996, un hombre con genes y estructura de hombre público que se sabe rodear de gente capaz que trabaja para él sin discutir su liderazgo. Como Presidente mantuvo una actitud señorial y distante con los comunes mortales, es autoritario y hace trabajar a la gente, como buen compulsivo le preocupa lo fí­sico, la apariencia de las cosas. En 1996 visitó el Hospital Infantil de Puerto Barrios, después que meses atrás le pedí­ que me nombraran director para montar un Servicio de Cuidado Intensivo y un Programa de Intercambio para disponer de pediatras entrenados. Al terminar su visita no me preguntó nada de aquella misión, me dijo simplemente: ya veo que lo mantenés muy limpio y ordenado?

Su campaña la soportó el gran capital como era de esperar, pero supo preservar su independencia y no se dejó tutelar por los hijos de los grandes empresarios, sus contemporáneos. La economí­a creció al ritmo esperado, no hubo inflación y se mantuvieron a nivel aceptable los precios al igual que los servicios públicos. Lo que hizo diferencia fue la venta de activos del Estado, particularmente la de Guatel que en principio fue adversada por la forma en la que se realizó, a la larga redundó en beneficio de la ciudadaní­a, hoy por hoy los celulares son toque de modernidad y sirven igual a un empresario que a un achimero o a una empleada doméstica; otro caso, el de Fegua, no fue tan exitoso.

Al terminar su gestión el tutelaje que ejerció sobre í“scar Berger, entonces candidato presidencial del PAN, hizo daño al candidato y al partido tras haberse mantenido Arzú como el gran protagonista opacando a Berger y fue un factor más en la derrota de éste por Alfonso Portillo, quien en su segundo intento ya se perfilaba imbatible. Al final de su Gobierno perdió popularidad, luego el paso del tiempo ha sido generoso con ílvaro y se le considera el mejor Presidente desde la apertura democrática.

Regresando a Portillo, éste derrotó a Berger por una abrumadora mayorí­a; como candidato fue excelente y entusiasmó al pueblo con sus jeans y sus botas vaqueras, como presidente fue un desastre, un Atila que hizo daño y asoló Guatemala. No fue solamente el saqueo del Estado y el robo descarado a costa de un pueblo cada vez más empobrecido, fue la pérdida de fe de los que esperaban salir del olvido como les habí­a prometido.

Portillo fue el peor presidente que hemos sufrido los guatemaltecos y el resultado del robo y la corrupción lo seguimos padeciendo todaví­a, se fue de Guatemala y nunca va a ser extraditado, México es un paraí­so para los millonarios de dinero fácil.

í“scar Berger asumió el 14 de Enero del 2004 rodeado de sus amigos y los empresarios que apoyaron económicamente su campaña, lo malo fue que la Presidencia le quedó muy grande. Como polí­tico se inició con suerte siendo concejal de Arzú, de ahí­ saltó a la alcaldí­a y luego a su primera campaña presidencial habiendo perdido entonces frente a Portillo. Se retiró abrumado y resentido con su protector y de allí­ lo sacaron sus amigos azucareros victimizándolo como el buen hombre que querí­a servir a su pueblo.

Sin dotes de hombre de Estado, Berger hizo un Gobierno como el agua: inodoro, incoloro e insí­pido, entró y salió sin pena ni gloria. Tení­a imagen de hombre bonachón, pero a la larga el poder lo transformó, se volvió quisquilloso y no acepta crí­ticas ni reconoce realidades, su óptica es corta. Dice haber superado la pobreza y logrado que la economí­a creciera a nivel óptimo, pero eso no se ve en la realidad de cada dí­a, la pobreza ha aumentado y la economí­a está estancada. Recientemente estuvo en las Naciones Unidas pintando una Guatemala que sólo existe en sus sueños. El tiempo se le terminó, entregará el 14 de Enero.

Nota final: A los diputados que tienen la vergonzosa pretensión de subirse el salario recetarse indemnización les recuerdo el Art. 45 de la Constitución que dice: es legí­tima la resistencia del pueblo para la protección y defensa de los derechos y garantí­as consignados en la Constitución. No se extrañen si un dí­a media Guatemala se reúne frente al Congreso para exigirles que se vayan.