Los políticos no se aguantan para luchar por la “guayaba”


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Poco a poco está realizándose, sin que haya convocatoria y, cada día, va en aumento una mal disimulada campaña de propaganda político-electoral o electorera, tirándole besos y abrazos simbólicos a la guayaba como cuando los amartelados mozalbetes piropean a una damisela encantadora que va contoneándose en la calle…

Marco Tulio Trejo Paiz


Los que se están precipitando y que tienen oportunidad de cumplir cometidos para inaugurar o emprender cualquier obra en el marco de sus obligaciones, por insignificante que pueda ser, se están haciendo autobombo en esa forma con costo o sin costo alguno en lo personal. Es el pueblo, a través del Estado, el desplumado…

En dicha actividad prematura están fresca y plácidamente los politicantes de derecha y de izquierda, así como los llamados centristas; actuando cada grupo a su manera.

Hay ilusos activistas del castrismo liberticida y dictatorial, y de unos cuantos países coligados del sur que están agazapados por ahora, tratando de no presentar bulto, pero siempre pendientes de la coyuntura propicia para entrar en el coso…
     
Todo induce a creer que los comicios que aún parecen estar bastante lejos, serán muy alegres como para hacer gran ruido nacional e internacional. 
     
Sólo es una fruta tropical, pero muy apetecible que se mantiene madura, madurita; mas, son muchos los ambiciosos de medro y  mando sin tasa con mano dura o a lo ydigorista (“con puño de acero”) de pasadas glorias…

Todavía nos encontramos a tiempo de meditar sobre la decisión ciudadana -por cierto no de todo el pueblo- sobre los candidatos o candidotes que surjan del gazuzo partidismo, a fin de no caer de papos o babiecas como en tantos jaleos similares del pasado.
     
Ya son muchas las malas experiencias que tenemos con casi todos los personajes que han resultado favorecidos en las urnas en obediencia a las engañifas de liderejos politiquientos que casi han echado de bruces a Guatemala. Pensemos bien antes de emitir los sufragios, incluso, ignorando las pretensiones de los alharaquientos julos politiqueros; al fin y al cabo el voto es secreto como para sufragar al influjo de la conveniencia o convicción reparando en los sagrados intereses de la patria y del pueblo.
     
Debemos principiar de cero, hacia un cambio positivo, el próximo período presidencial-constitucional y, desde ahora mismo, opongámonos con absoluta determinación patriótica, a las pretensiones reeleccionistas de los tagarotes politiquientos del desprestigiado partidismo, que han sido incapaces de efectuar verdaderamente meritorias realizaciones de efectivo progreso en los diferentes aspectos de la  vida nacional.
     
¡Esta es una voz de alerta que lanzamos con oportunidad para frenar lo que vienen haciendo los avorazados “ombres” (así, sin h) de la coja politiquería!