Los poderes ocultos


Quien crea que en Guatemala desaparecieron los poderes ocultos y que el crimen organizado dejó de ser un poder paralelo con acceso a los mismos centros del poder polí­tico, no entenderá cómo es que el mismo Presidente de la República es objeto de espionaje y que hasta sus más í­ntimas conversaciones y actos son objeto del control que sobre el mandatario históricamente han ejercido esos tenebrosos grupos.


La creación de la Secretarí­a de Asuntos Administrativos y Seguridad, en sustitución del Estado Mayor Presidencial, tení­a la finalidad de romper de alguna manera con el cerco que se ejercí­a sobre todos los que han pasado por la Presidencia de la República y que a través de chantajes y la explotación del factor de la seguridad personal los hicieron caer en las redes del poder real, el poder paralelo que en La Hora denunciamos en tiempos de Ramiro de León Carpio como el secuestrador del modelo democrático en el paí­s al convertir a los jefes de Estado civiles en puros mascarones de proa, en expresión de fachada para dar la apariencia de democracia.

Lo cierto es que en tiempos de Portillo fue creada la SAAS y el trabajo se encomendó al ingeniero Ricardo Marroquí­n Rosada, pero nunca se le permitió concretar la transición porque el Estado Mayor Presidencial se mantuvo y cuando desapareció, también se habí­a perdido ya la mí­stica inicial de la SAAS y habí­a sido penetrada por los poderes ocultos. Colom no es, ni por asomo, el primer Presidente objeto de espionaje y todos han sufrido esa lacra porque ello, el control hasta de la intimidad de los gobernantes, es lo que permití­a a los poderes ocultos cuadricularlos plenamente para anular sus fortalezas y explotar sus debilidades.

Ninguna arma tan poderosa para controlar a una persona que el conocimiento detallado de sus actos, conversaciones y planes, mismos que muchas veces se discuten en confianza e intimidad con los más allegados, pero que siempre han sido escuchados por los tenebrosos cí­rculos del poder oculto que, cabalmente por ello, van delante de todo y siempre consolidan sus posiciones.

Si Colom, con la ayuda de Marroquí­n Rosada, rompe con ese molde, habrán hecho el mayor servicio a la causa de la democracia en el paí­s, puesto que eso significa quitar la base del poder oculto que es y ha sido el real. La SAAS tiene un papel crucial que jugar en ello, por el control que permitirá librar al mandatario del espionaje. Si hay instrumentos sofisticados para espiar, también los hay para evitar el espionaje y ahora la SAAS deberá garantizar al Presidente su propia intimidad.