Los narcoterritorios


Como quien no quiere la cosa, casi con timidez, nuestros medios de comunicación informaron que las «autoridades» (el Ejército nacional) acompañando a la Policí­a Nacional Civil y uno que otro fiscal, realizaron un allanamiento en una casa de superlujo situada en un modesto paraje llamado La Reforma, del municipio de Gualán, Zacapa, la ilustre tierra de Alfonso Portillo, propiedad de unos señores Carranza, que junto con los Mendoza y otros cuantos tienen como su millonario negocio el llamado narcotráfico, que ya ustedes conocen de oí­das.

Héctor Luna Troccoli

Pues bien, cuentan que ni los soldados, la Policí­a y dos tanquetas que los acompañaban no pudieron entrar al pueblo porque alrededor de 50 pobladores, que cruzaron unas ramas, no se los permitieron. Afortunadamente, nuestro Ejército y nuestro Presidente piensan comprar cuatro aviones Supertucán a Brasil, en la módica suma de 900 millones de morlacos, suficientes para los proyectos de la Primera Dama, para ver si así­ las pueden, aunque de verdad ignoro si los narcos tienen el nuevo avión que acaba de estrenar Rusia y que dicen es la última generación de su tipo porque entonces nos jodieron.

Tomando las cosas en serio, ya Guatemala es un paí­s de Narco, empezando desde el narcomenudeo, las narcomatanzas, las narcomansiones, los narcoautos de superlujo. Lo cual nos debe hacer resideñar un plan que realmente tenga vigencia para terminar con esta amenaza.

A mí­ me consta que la DEA, el NAS y otros servicios de inteligencia están ayudando de muchas formas al Ejército y a la Policí­a. Pero esta ayuda multimillonaria no ha dado resultados, entonces definitivamente hay algo podrido en Dinamarca.

Con esto más, preocupa profundamente que nuestras poblaciones más pobres y alejadas se hayan convertido desde hace algunos años en colaboradores de los narcos a cambio, por supuesto, de dinero, al igual que lo hacen con jueces, fiscales e ilustres colegas del foro nacional (y no menciono los nombres). Son sus grandes protectores, porque sus guardaespaldas, en un enfrentamiento, y antes de que huyan, podrí­an resultar muertos o heridos. Pero matar campesinos ya es harina de otro costal.

Y lo que es peor, en lo personal, frente al parque central de Antigua y de la llamada Plaza de la Constitución, he visto negociar drogas porque los gringos que vienen de paseo, las compran más baratas.

Cuando veo las matanzas que hay en México o en Colombia, me da pavor de saber que pronto estaremos por el estilo. Creo que pese a la ayuda gringa hay que incrementarla más pero «con inteligencia», porque a un guardia le sueltan mil «tucanazos» y cuenta a los narcos. Así­ nunca los van a agarrar.

Afortunadamente -digo yo- a Lula de Brasil, le van a soltar 900 millones de tucanazos ¿Verdad que sí­?…