Los inéditos de Julio Cortázar


Julio Cortázar nació en Bélgica, pero se le considera argentino; fue un escritor e intelectual. FOTO LA HORA: ARCHIVO

El libro «Papeles inesperados», las 500 páginas inéditas del escritor Julio Cortázar, fueron presentadas la semana pasada en España por el especialista cortazariano Carles Alvarez Garriga, por encargo de la viuda del escritor, Aurora Bernárdez.

Redacción Cultural
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«En un momento creí­amos que no habí­a más de Cortázar, pero este libro afortunadamente demuestra lo contrario», explicó Alvarez Garriga, estudioso del escritor argentino, si bien aclaró que «aquí­ no está todo».

La trayectoria de Cortázar como escritor y su proyección como personaje público «ilustran muchos aspectos de la consolidación de un mercado literario «global» en el siglo XX», estimó.

La viuda del escritor, Aurora Bernárdez, un dí­a convocó a ílvarez a Parí­s y lo puso frente a una cómoda de la vieja casa de Cortázar donde se encontraban medio millar de hojas escritas por el autor de «Rayuela», que luego el especialista inventarió y clasificó con el fin de publicar el libro, presentado en Buenos Aires este mes.

Se trata de casi 500 páginas, añadió Alvarez, «en las que hay de todo y todo es valioso», que incluyen 11 relatos, un capí­tulo inédito de «Libro de Manuel», 11 nuevos episodios del personaje que protagonizó «Un tal Lucas», cuatro autoentrevistas y 13 poemas inéditos.

Poco antes de la Navidad de 2006, la viuda de Cortázar comentó a Alvarez que tení­a «algo, unos papelitos a los que, por cierto quizás me interesase echar un vistazo», relató Alvarez para explicar cómo habí­a llegado a este tesoro.

«Todo fue puesto sobre la misma mesa de madera en la que Cortázar escribió Rayuela», relató Alvarez quien recreó su primera sorpresa, cuando se preguntó «cómo era posible que ese tesoro no estuviera ordenado, clasificado, inventariado, microfilmado».

Después de años de trabajo, Alvarez reconoce que «uno de los encantos indudables de leer todo Cortázar es asistir, como desde un ventanuco de alcoba, al prodigioso acontecimiento de la formación de un gran escritor y a su posterior desarrollo», por lo que invitó a leer primero sus libros y luego estos inéditos.

Siempre de acuerdo con la viuda del escritor, Alvarez explicó que se decidió suprimir «algún discurso juvenil o algún texto reiterativo» y que «un poco eliminamos lo que a Julio (Cortázar) no le hubiese gustado publicar».

Los textos fueron agrupados en tres bloques que siguen una cronologí­a interna aproximada: poemas, prosas y autoentrevistas y las prosas, dada la cantidad y variedad, fueron reagrupadas en «Historias», «Historias de cronopios» y «De un tal Lucas».

Se complementan con «momentos» y «circunstancias», textos «de emergencia», «de los amigos» y «otros territorios». «Fondos de cajón» presenta las páginas tal vez más inclasificables, explicó Alvarez.

Para la literatura (este descubrimiento) «significa mucho. Hay que pensar, además, que desde la Imagen de John Keats (obra de Cortázar publicada en 1996) los cortazarianos, esa secta , no tení­amos nada tan maravilloso que echarnos a la boca», explicó.

«Empecé leyendo Cronopios y me aficioné a Cortázar», a quien empezó a estudiar en el año 1993, cuando presentó su tesis doctoral sobre el autor de «La casa tomada», respondió el experto cuándo se le preguntó cómo habí­a empezado su relación con Cortázar.

Este año se cumplieron los 25 años de la muerte del prolí­fico escritor argentino (1914-1984), autor entre otras obras de «Bestiario», «Final de juego», «Los Premios», «Las armas secretas», «Historia de cronopios y fama», «Todos los fuegos el fuego», «La vuelta al dí­a en 80 mundos», «Un tal Lucas»…

CRONOPIOS Un inédito


Entre los inéditos que dan lugar a «Papeles inesperados», el libro con los escritos nunca publicados de Julio Cortázar, presentados la semana pasada en Barcelona, no podí­a faltar uno de cronopios.

Un cronopio es un dibujo fuera del margen, un poema sin rimas, que en la pluma de Cortázar, junto con los famas y las esperanzas, conforman todo un mundo, reflejado en los brillantes cuentos en su libro «Historias de Cronopios y de Famas» (1962).

En «Papeles inesperados» figura el siguiente breve, titulado «Vialidad» y escrito en 1952:

«Un pobre cronopio va en su automóvil y al llegar a una esquina le fallan los frenos y choca contra otro auto. Un vigilante se acerca terriblemente y saca una libreta con tapas azules.

–¿No sabe manejar, usted?–, grita el vigilante.

El cronopio lo mira un momento, y luego pregunta:

–¿Usted quién es?–

El vigilante se queda duro, echa una ojeada a su uniforme como para convencerse de que no hay error.

–¿Cómo que quién soy? ¿No ve quien soy?–

–Yo veo un uniforme de vigilante -explica el cronopio muy afligido. Usted está dentro del uniforme pero el uniforme no me dice quién es usted.–

El vigilante levanta la mano para pegarle, pero en la mano tiene la libreta y en la otra mano el lápiz, de manera que no le pega y se va adelante a copiar el número de la chapa. El cronopio está muy afligido y quisiera no haber chocado, porque ahora le seguirán haciendo preguntas y él no podrá contestarlas ya que no sabe quén se las hace y entre desconocidos uno no puede entenderse…