Los hijos de la gran…


A pesar de que quienes estamos acostumbrados a conocer a Inglaterra como la pérfida Albión; de que quienes estamos al dí­a en las noticias que vienen de esa pequeña, pero poderosí­sima isla, desde donde prácticamente se domina la economí­a del mundo (y la distribución de la droga); de que quienes sabemos de la manipulación que hicieran a través de «un muro de dinero», de la candidatura del actual presidente de los Estados Unidos de América; de que quienes sabemos de los nexos del poder británico con el megaespeculador y no barón, sino prí­ncipe de la droga George Soros (el flamante «Asesor» del presidente Obama), no deja de sorprendernos el descaro y el cinismo como algunas de sus figuras públicas nos dejan saber sus pensamientos.

Carlos E. Wer

En la «City» de Londres existe una organización, la Optimum Population Trust, quienes conducen una conferencia anual, misma que este mismo año tuviera como estrella a uno de sus patrocinadores y ex miembro del Partido Ecologista Británico, Jonathan Porrit, quien nada más ni nada menos expuso que la población de Inglaterra debe reducirse al 50%. Tesis que sostienen los neoliberales, que aún cuando no lo sepan, contribuyen con las polí­ticas implementadas al alcance de ese criminal objetivo.

De acuerdo al diario London Times el que, al recoger la noticia destaca las declaraciones de Porrit, escribe que,»el crecimiento de la población, aunado al crecimiento económico, pone al mundo bajo una presión terrible», develando solamente de forma parcial, lo que ha sido una polí­tica poblacional impulsada por el sueño del «Nuevo Orden Mundial» que orgullosamente declararan los criminales de guerra George Walker Bush y su «alero» Henry Kissinger ante la Cámara de los Lores, a principios de los 80´s, cuando «apretaran» las polí­ticas neoliberales, prácticamente en todos los paí­ses del mundo.

En la citada Conferencia del OPT, que se llevara a cabo en la Real Sociedad de Estadí­stica, el profesor Chris Rapley, director del Museo de Ciencia, respaldó con entusiasmo la aseveración de Jonathan Porrit, advirtiendo «que el crecimiento de la población harí­a imposible la reducción de las emisiones de los gases de invernadero», tratando en su exposición de convencer a millones de ecologistas en el mundo, que no se enteran aún del interés geopolí­tico del WWF del fascista Prí­ncipe Felipe.

El desfile de los ecologistas que tomaron la palabra en la Conferencia, siguió con Phil Woolas, Ministro de Inmigración británico, según cita el Times, quien no solamente reiteró el llamado a recortar el crecimiento de la población a cero, sino declaró, dejando al descubierto la verdadera razón de la polí­tica de «sustentabilidad», que «No puede haber sustentabilidad con el crecimiento de la población».

Demostrando, que estas «luminarias», no solo piensan en eliminar la población mundial en un cincuenta por ciento, sino empiezan por casa, Aubrey Manning, profesor de historia natural de la Universidad de Edimburgo, agregó: «Ya hay demasiada gente viviendo en Inglaterra. Nuestra población llegó a ser demasiado numerosa desde el momento en que sobrepasó los 20 millones, alrededor de 1850. Esa es la cantidad en la cual ya se nos hace imposible sostener a la población solo con nuestros recursos. Ahorita sobrepasamos ese lí­mite tres veces… Hace tiempo que pasamos la lí­nea de la sustentabilidad. Y si hablamos del planeta, yo dirí­a que su máximo poblacional sustentable es no más de 3 mil millones».

Es necesario conocer que las mismas expresiones fascistas de estos personajes, son las que están escritas en el «Global 2,000» de Jimmy Carter, el que adquiriera carácter de estrategia nacional y que, las subsiguientes polí­ticas económicas que fueron «apretando» a la población del mundo y que, ahora están por hacer estallar en la cara a todos estos iluminados personajes, no solo la perversidad del modelo neoliberal, sino como, su ilimitada ambición de poderí­o mundial las ha colocado al borde del colapso.