Los hechos de la bendición de Dios


EN LOS TIEMPOS de crisis previamente profetizados, Dios mandó compartirse las provisiones; darse sustento, alojamiento y ropa para cubrirse; al mismo tiempo que compartirse la Palabra de Dios a los que les invadiese el temor de morir; y recordarles cómo Dios tiene el cuidado de protegernos y en qué forma y manera de ser.

Santiago Villanueva Gudiel, svillanuevagudie@hotmail.com

Muchas veces en este tiempo se desestima lo poco que se tiene, y tampoco se aprovecha lo que es útil y está a nuestro alcance; como tampoco el agradecer a Dios y a nuestro prójimo lo que nos da, y juntos adorarlo dando gracias por los alimentos en la presencia de Dios.

Tan es aprovechable la leña y el carbón en cocinas económicas, como la ceniza para el lavado de trastos y utilerí­a; en vez del carí­simo dios petróleo y gas de la tierra, como el jabón quí­mico en polvo o en pasta actual, con sus bolsas plásticas; que mata el agua con sus espumarajos; mata los peces de rí­os y lagos; y la hace perjudicial para los humanos, animales, sementeras y sembradí­os; con el apoyo de los ministerios de gobierno existentes; que ni orientan a la preservación de las especies.¡Por algo será!

«La harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová habí­a dicho por Elí­as» Si somos hijos e hijas de Dios y también los nuestros; ¿por qué escasear y menguar; si se dispone de las riquezas de Dios en la bendición de tener como nuestro, al Señor Jesús y Salvador?

De aquellas mujeres que proveyeron al profeta Elí­as en el tiempo de sequí­a; otra se encargó de proporcionarle alojamiento en un aposento, pues se trataba de una ama de casa, la cual tení­a un pequeño hijo, que uno de aquellos dí­as se enfermó de gravedad y tuvo la tristeza de verlo expirar en su propio regazo,

Muchas veces los fenómenos naturales hacen caer en confusiones equivocadas de acciones de gracias, no dándolas a quien de él proceden; y son encrucijadas de la vida para saber verdaderamente quien es Dios, si los baalitas o el que responde por fuego y agua, para hacernos entender la Palabra de Jehová como verdad.

Solamente es necesario que de la pobreza real o de espí­ritu, le demos al Señor primero el corazón en la fe de í‰l, y lo necesario será añadido. Quien sabe de la tristeza de haber sido pobre, comprende la verdadera riqueza de la bendición de Dios. A la inversa sólo se aprecia, si se experimenta el humillarse en alguna forma ante el Señor Jesús. Recordemos aquel joven prí­ncipe y rico que no quiso seguir al Señor Jesús, se fue triste; las riquezas de este mundo no lo alegraban. Dios muestra siempre su misericordia y gracia en todo tiempo de crisis, de cualquier í­ndole; y su voluntad mueve las manos diligentes en el trabajo, para proveer lo necesario.