El Evangelio no es sólo palabras, palabras, sino también acción por medio de la fe, en milagros, proezas y prodigios como los que se aprecian en los tiempos actuales, a nivel del medio televisivo de Enlace, de Costa Rica, con proyecciones en gran parte del mundo actual. Y así fue en los tiempos de profetas, como en los días del Señor Jesús y más ahora, a gentes que demandan señales y acciones de hecho para creer.
El profeta Eliseo que sustituyó a Elías, no estuvo mucho tiempo bajo su enseñanza, pero supo aprovecharlo y quedarse con el Manto de Elías, al ser arrebatado vivo al cielo, símbolo de la transferencia de profeta; y se cumpliese también su anhelo de tener en él, doble porción del Espíritu de Dios, para demostraciones de su poder. He hizo los siguientes portentos
Primero se probó a sí mismo que tenía el poder del Espíritu de Dios sobre él, apartando con el manto las aguas del jordán para pasar sin mojarse los pies.
Segundo. Su fe estuvo contra la de 50 religiosos que dudaban del arrebatamiento de Elías, y solo creyeron en un ciclón o torbellino; convenciéndolos la cordura de su fe contra fe.
Tercero. La buena ciudad de Jericó por sus aguas y su tierra estéril, era mala; y le piden a Eliseo que las sane. Pide sal, visita los manantiales y en el Nombre de Jehová la hecha en agua y tierras; y fueron sanas en gran manera y por largo tiempo.
Cuarto. Cuarenta y dos muchachos tratan de burlarse de él por su cabeza calva, gritándole ¡Sube calvo. Sube calvo!, Eliseo los maldijo en el nombre de Jehová; y dos osos salen y los despedazan. ¿Por qué burlarse del poder de Dios?
Quinto. Eliseo recurre a lo sobrenatural que sólo puede provenir de Dios, contra lo natural que tantas veces impide al ser humano, como crear agua; y cuando no la tenían, les dice: –«Así ha dicho Jehová» no habiendo agua, les dice «haced muchos estanques en este valle; no veréis vientos, ni veréis lluvia; pero este valle será lleno de agua y beberéis vosotros, y vuestras bestias y ganados. Y así fue -y les dijo- . Lo demás que sea difícil es cosa natural de vosotros, lo sobrenatural. Esto es cosa ligera fácil en ojos de Jehová.
Sexto. Dos mujeres, una samaritana, la otra sunamita; y el Rey de Israel. Reconociendo profeta de Dios a Eliseos, también reciben demostraciones del poder de Dios por medio del profeta.
La samaritana, viuda de uno de los hijos de los profetas, y con dos hijos; sufre la demanda del acreedor que quiere tomarle los dos hijos como siervos o esclavos, en pago de su deuda. Clama a Eliseos, este le dice: «Â¿Qué te haré yo? Declárame que tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite.»
Ante los ojos de Dios, la persona vale por lo que reconoced que tiene, aunque sea lo mínimo y en pobreza, que se declara impotente por no tener las ideas creativas que Dios le pueda bendecir para la solución de su problema, y esa era su necesidad faltante en su problema, a lo cual Eliseo le dice: «Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas. Luego enciérrate tu y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte. Así fue, sus hijos le traían las vasijas, y ella echaba del aceite. Cuando las vasijas estuvieron llenas; dijo a un hijo suyo: traéme aún otras vasijas. Y él dijo, no hay más vasijas. Entonces cesó el aceite.»
Lo imprevisible y la corta visión de lo que se espera, con mentalidad negativa, acorta la bendición de Dios, y limita el desarrollo en mejor prosperidad. De aquellos dos muchachos uno podía andar prestando más vasijas, y ninguno de los dos tomó.
Iniciativas positivas, se limitaron a decir «No hay más» y cesó el aceite de la bendición.
Ella le contó al varón de Dios, el cual dijo: «Ve y vende el aceite, y paga a tus acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que queda». Cuanto habrán lamentado después los dos jóvenes, no haber tenido la visión de empresa y agenciarse medios aunque fuesen prestados, para vivir de lo que quedara, sin haberle puesto límite al negocio.
Séptimo caso en Suném, Una mujer importante, identificada con el pueblo de Dios esposa de su marido ya viejo, al cual ella era sujeta y respetaba… Sucedió que viendo pasar a Eliseo frente a su casa, lo invitaba insistentemente a que comiese con ellos; y cuando él pasaba por allí, venía a la casa de ella a comer.
Le dijo a su marido que entendía que Eliseo era varón santo de Dios; y le rogó que hicieran un pequeño aposento de paredes con todo lo necesario, para que se quedase en él cuando viniese a visitarlos, llegó y se quedó allí con Giezi su criado, a dormir Al siguiente día por su esmero para ellos le preguntó que quería que él hiciera por ella. Se mostró satisfecha como estaba; pero Giezi respondió que ella no tenía hijo y su marido era viejo. Eliseo la profetizó que el siguiente año lo tendría y así fue.
Y el niño creció, y un día acompañando a su padre en el campo le atacó un fuerte dolor de cabeza.