Los gorilas renacen y atacan en Honduras


Escribo estos apuntes la mañana de hoy lunes 29 de junio de 2009; pero pareciera como si estuviera viviendo en las décadas anteriores a 1980, tanto por las acciones  violentas de las fuerzas armadas de Honduras, como por la sumisión de diputados y magistrados hondureños al ejército de ese paí­s, y por el sesgo informativo de la cadena de televisión CNN en Español, al dar a conocer únicamente las facetas que le interesan de los acontecimientos que, hasta el momento, han culminado con un golpe de Estado, como en las peores épocas de las dictaduras militares latinoamericanas.

Eduardo Villatoro
eduardo@villatoro.com

Uno de los desvergonzados parlamentarios de Honduras por poco le besa las botas a los jefes de la institución armada, al agradecer «su patriotismo» por su dudoso valor de comandar a decenas de soldados que tomaron por asalto la residencia del indefenso presidente Manuel Zelaya, lo encañonaron con armas de alto poder ofensivo, lo condujeron a un cuartel y, luego, lo deportaron a Costa Rica.

Contra lo que se ha informado parcialmente, el presidente Zelaya no ha cometido ningún delito; más de haber sido así­, lo que procedí­a era someterlo a un juicio, incluso en los amañados tribunales de justicia de esa nación; pero ante falta de pruebas que pudieran comprometerlo penalmente, magistrados, diputados y dirigentes de la oligarquí­a optaron por colocarse tras las bayonetas y los uniformes de la soldadesca, para atropellar impunemente su Constitución Polí­tica.

Lo que desató la ira de la clase poderosa de Honduras, fue la decisión del presidente Zelaya de instalar 15 mil cajas receptoras de boletas que pretendí­an recoger la opinión de los hondureños, con una sencilla pregunta, cuyos resultados no eran vinculantes: ¿Está de acuerdo que en las elecciones de noviembre próximo coloquen una cuarta urna para que usted diga si conviene o no establecer una nueva Constitución? Palabras más, palabras menos.

La presentadora Claudia Palacios, de CNN en Español, rememorando los tiempos de sus í­conos Reagan y Bush, insistió en intentar manipular  inquisitivamente a Zelaya, pese a que el presidente hondureño reiteró que su mandato termina el 27 de enero y que no pretende ser candidato de nuevo, sino que su interés radica en iniciar un proceso de transformaciones estructurales en Honduras, uno de los paí­ses más atrasados del continente.

Veremos qué sucede en los próximos dí­as, si la OEA, ALBA y el Grupo de Rí­o obligarán a los militares a que retornen a sus cuarteles, si persiste el aislamiento internacional del pelele que impusieron en sustitución del presidente Manuel Zelaya, o si, por el contrario, es el inicio de una nueva cadena de golpes de Estado en América Latina.