Los fundamentos del crecimiento económico


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La vinculación del crecimiento económico con el desarrollo, que implica el bienestar de una sociedad en general, es una de las discusiones que mayormente ocupan a los gobiernos, países y organismos internacionales, a partir de la ocurrencia de crisis económicas como el estallido de la “burbuja inmobiliaria” que se originó en Estados Unidos o la denominada crisis del euro, que viene sucediendo en los llamados PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia y España), países a los cuales se unió también Italia, a partir de las crisis de pagos de sus propias deudas.

Juan José Narciso Chúa


Estas turbulencias económicas tienen efectos sistémicos sobre otros países,  como Guatemala que tienen relaciones comerciales con los mismos y se ven afectados en sus exportaciones, con lo cual los efectos derivan en desaceleración en sus propias actividades productivas, medidas por el PIB.

No cabe duda que no puede haber desarrollo sin crecimiento económico, pero tampoco se puede asegurar que solo con crecer se llega al desarrollo.  Existen países que tienen crecimiento económico como el caso de nuestro país, pero en donde las condiciones de desigualdad social persisten y se profundizan e igualmente se cuenta con un crecimiento poblacional del 2.4% con un crecimiento económico del PIB de 3.8%. Estas dos tasas de crecimiento deben tener mayores diferencias para asegurar que los beneficios del crecimiento lleguen a las poblaciones más necesitadas.

Las bases del crecimiento económico se sitúan en diferentes factores. El primero de ellos es el capital productivo; es decir, aquellos recursos financieros dirigidos a la inversión para formar empresas, generar empleo y obtener utilidades. Dentro de esta discusión merece destacarse que la inversión no solo responde a las grandes empresas, sino también a las pequeñas y medianas empresas que juegan un papel trascendental en la producción de un país. El capital productivo descansa también en un ambiente financiero en donde el sistema financiero contribuya con tasas de interés adecuadas a las necesidades de inversión y se busca que las mismas sean bajas para que motiven o propicien la inversión.

El otro factor es el trabajo. Este incluye lo relativo a la mano de obra tanto calificada como no calificada, en donde se incluyen todos los trabajadores que proveen sus servicios a empresas y gobiernos para contribuir al proceso productivo. Dentro de este factor es conveniente resaltar que los trabajadores descansan en la salud y la educación, como elementos que contribuyen a mejorar sus condiciones de trabajo. En el caso de la salud se necesita de personas saludables para lo cual requerirían de una red de servicios de salud, no solo eficiente, sino que efectivamente permita el acceso a todas aquellas personas que por su ingreso bajo y contribuir a un construir un perfil de salud positivo y bajo de enfermedades.  En lo que se refiere a la educación, la misma es un vehículo imprescindible de movilidad social, pues una persona educada puede contar con niveles de comprensión y habilidades y destrezas que le otorgan mayores oportunidades para insertarse en el mercado laboral. En estos dos casos se requiere del apoyo del Gobierno para proveer de servicios de salud y educación de calidad, requerimiento del cual estamos lejos de encontrarlo en Guatemala.  Esta discusión requiere de mayor espacio para desarrollarlo y además es un debate que en nuestro país, ni siquiera hemos iniciado desafortunadamente.