Los falsificadores


Fernando Ramos

El tema de la segunda guerra mundial, el holocausto judí­o, los campos de concentración, y todo lo sufrido por las ví­ctimas del nazismo, ha dado para llenar kilómetros de celuloide. Todas las historias coinciden en lo monstruoso de aquel suceso, nadie lo puede negar; pero no siempre el cine es capaz de recrear el dolor que pudieron haber experimentado quienes tuvieron que enfrentarlo, en ese sentido, las imágenes siempre se quedarán cortas.


Tí­tulos como: «La lista de Schindler», obra maestra, no sólo del tema, también del cine, en general; y «El pianista», puesta en escena de la fortaleza del espí­ritu humano; han logrado alcanzar niveles cercanos a la realidad; aunque también está, en el otro lado del espectro, el tema tratado con irreverencia, pero con tremenda sensibilidad en: «La vida es bella».

Abordar tal evento se hace cada vez más difí­cil, como lo demuestra «Los falsificadores», filme alemán producido en 2007, que a pesar de haber cosechado buena cantidad de premios, incluido el Oscar a mejor pelí­cula en habla no inglesa, sólo por muy poco logra elevar el nivel más allá del promedio, quedando, al final, en intento honesto y técnicamente bien realizado, pero nada más.

La cinta cuenta la historia real de Salomon Sorowitsch (Karl Markovics), famoso falsificador de la época, quien al ser capturado es enviado a un campo de concentración. Dí­as después de su llegada es trasladado a otro campo y confinado a una galera distinta, en donde sus ocupantes tienen algunos privilegios. í‰l y otros especialistas en impresión y artes gráficas son obligados a falsificar dinero, para llevar a cabo la llamada «Operación Bernhard», que consistí­a en imprimir la mayor cantidad de libras esterlinas y dólares, con la idea de distribuirlos en los paí­ses enemigos y hacer colapsar su economí­a.

Aunque esté basada en hechos reales y eche mano de todos los elementos utilizados por sus predecesoras, la pelí­cula no logra trascender el umbral del lugar común. Las imágenes remiten, inevitablemente, a lo mostrado por Spielberg, Polansky, Benigni, para citar a los directores de los tí­tulos nombrados arriba. Se puede decir que la crudeza ya no es recurso, que es necesario darle un matiz distinto al sufrimiento, porque la reiteración, lejos de ser un homenaje, hace pensar que el director, Stefan Rusowitzky, optó por ir a lo seguro; es decir, llevar a la pantalla algo ya probado.

No se trata de una producción fallida, las actuaciones son buenas; la dirección de arte reproduce, con alto grado de fidelidad, los escenarios de la guerra; la fotografí­a confiere los colores necesarios para crear la atmósfera adecuada; sin embargo, el guión carece de diálogos inteligentes y no desarrolla en buena forma a los personajes, lo que redunda negativamente en el conjunto.

«Los falsificadores» es una cinta con buenas intenciones, pero a duras penas supera el lí­mite del buen cine. Es un ejemplo de como los crí­ticos, académicos y jurados, suelen sobreestimar todo lo que tenga olor a viejo continente.

Calificación 6/10
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FICHA Tí‰CNICA


TíTULO ORIGINAL: Die Fí¤lscher

DIRECCIí“N: Stefan Ruzowitzky

GUIí“N: Stefan Ruzowitzky

MíšSICA: Marius Ruhland

FOTOGRAFíA: Benedict Neuenfels

PROTAGONISTAS: Karl Markovics, August Diehl, Devid Striesow, Martin Brambach, August Zirner, Veit Stí¼bner, Sebastian Urzendowsky y Andreas Schmidt

PAíS: Austria/Alemania

Aí‘O: 2007

DURACIí“N: 95 minutos

IDIOMA: alemán