Los efectivos militares


No terminan de ponerse de acuerdo en el Gobierno y las declaraciones que ofrecen el Presidente y el Vicepresidente de la República cada dí­a se dedican más tiempo a hacerse mutuas aclaraciones. Ahora es el tema de los efectivos militares que, según el doctor Espada, se incrementarán a 30 mil miembros, bastante más de lo que establecen los acuerdos de paz. Ayer el presidente Colom negó ese extremo y dijo que habló con Espada y que el Vice le afirmó que hubo una «mala interpretación» de los periodistas, pese a que el mismo diario oficial publicó con gran despliegue las declaraciones de quien en ese momento estaba en funciones de Presidente de la República.


Colom dijo que puede haber un aumento de efectivos militares pero para llegar a la cifra establecida en los Acuerdos de Paz para lograr un ejército eficaz en el cumplimiento de las funciones que se esperan de las fuerzas armadas en tiempos de paz. El tema provocó, sin embargo, un desgaste inútil, porque de inmediato se produjeron reacciones airadas que vienen a agudizar nuevamente las contradicciones existentes en el seno de la sociedad y que tienen raí­z en el conflicto armado que vivimos los guatemaltecos durante tantos años.

Es importante decir que los funcionarios tienen la obligación de pensar lo que dicen y no sólo decir lo que piensan, especialmente aquellos que por la investidura que ostentan tienen una mayor responsabilidad. No puede ser que a cada metida de pata se trate de justificar todo diciendo que hubo una mala interpretación que, por lo demás, serí­a explicable si la misma se produce únicamente en un medio. Todos los periodistas estamos expuestos al error de interpretar equivocadamente una declaración, pero obviamente cuando el supuesto error se reproduce en todos los medios, hay que admitir que hubo una mala comunicación o que, simple y sencillamente, los periodistas recogieron exactamente lo que dijo el funcionario.

Es importante entender que el doctor Espada está haciendo su debut en estas ligas y que por lo tanto su inexperiencia le puede pasar algunas facturas que, ojalá, sean de escasa trascendencia. Pero dado que está en función de Vicepresidente de la República, todo lo que diga o haga adquiere importancia para la ciudadaní­a y será reproducido por los medios de comunicación. No es por el doctor Espada como persona, sino es por la investidura que ostenta y eso lo tiene que entender. En otras palabras, poco importarí­a si un médico, por prominente que sea, dice cualquier ocurrencia sobre el Ejército y un burdo aumento de sus efectivos militares. Serí­a una opinión más, pero cuando quien comunica ese incremento es el Vicepresidente, desempeñando funciones de Presidente de la República y Comandante General del Ejército, es lógico que tenga repercusiones.

La Constitución señala las funciones del Vicepresidente de la República pero el doctor Espada se ha visto reducido a menos porque muchas de esas funciones fueron asignadas a la Primera Dama, especialmente la de coordinar con los ministros. Obviamente los ministros harán más caso a la señora de Colom que al Vicepresidente porque ella influye más en el jefe que el galeno y la naturaleza humana hace que uno siempre busque cobijo con quien tiene más poder. Pero la falta de funciones no es excusa para andar como chompipe sin pita por el paí­s y, menos aún, para dar declaraciones que son tan comprometedoras como para obligar a que se hagan excusas culpando a los periodistas de no haber interpretado correctamente lo dicho.