Gritar a todo pulmón u opinar, a través de grupos o individualmente, en público o en privado, en las calles o sofisticadamente a través de los medios electrónicos de información, para solicitar la reducción del número de diputados al Congreso de la República, no es un derecho de petición nuevo.
La opinión pública mantiene puesta su mirada y ha opinado que los hombres y las mujeres que han llegado a representarlos por los distintos distritos electorales, ha dejado al descubierto que algunos representantes se han visto involucrados en actividades supuestas del narcotráfico y con ello de lavado de dinero y su participación en el crimen organizado.
Los señalamientos de la gente en la calle contra los diputados no terminan y han sido desde que sean también supuestos autores o cómplices en asesinatos, robo de combustibles, tráfico de drogas, tráfico de influencias, representantes de intereses de grupos o gremios más que de la colectividad.
Y el más desafortunado, que en los últimos meses se ha concentrado, es la pérdida de los Q82.8 millones, un acto de los más recientes por el saqueo de los fondos públicos que tanto le han costado acumular al Estado y a esa institución, gracias a los tributos aportados por los contribuyentes.
Los grupos de presión
Apenas la pasada semana, la agrupación Guatemala Futura pedía nuevamente la depuración, a través de una marcha pacífica, que se apostó frente al edificio del Organismo Legislativo, sobre la novena avenida del Centro Histórico.
Sus máximos dirigentes, Julio Maza y César García, arrastraron a un grupo de personas, quienes daban cuenta sobre los recientes actos de corrupción y deficiente labor de la mayoría de los parlamentarios y bloques; se reiniciaba así una nueva campaña para pedir la depuración. Ellos aseguran que el número de 80 sería una suficiente representación del pueblo.
La asociación cívica no partidista Guatemala Futura, respaldada con seis mil ochocientas firmas, recogidas entre los miles de guatemaltecos que se oponen a la labor mostrada por los legisladores, planteaba la reducción del Congreso de la República en diciembre de 2007.
Además, pedían que se tomara en cuenta la eliminación de elección a través del listado nacional de representación y la limitación de la reelección para que los diputados no puedan permanecer más de dos períodos.
César García reiteraba que el pueblo está cansado de los desmanes y abusos de los congresistas, «por ello la necesidad de un Organismo Legislativo más compacto, más solvente y ejemplar. Creemos que el Organismo Legislativo se ha debilitado a base de tanta corrupción y es preciso prestigiarlo».
Desde adentro
Irónica o acertadamente, desde adentro era el mismo diputado oficialista Manuel Baldizón quien este pasado lunes se lanza a la calle en compañía de un grupo de jubilados del estado y un grupo de sus colegas de su propia bancada y otros bloques e independientes, para pedir lo mismo: reducir y sanear el Organismo Legislativo.
Desde los inicios de esta nueva legislatura, la gente joven y los funcionarios con madurez en el tema legislativo, llegados para el período 2008-2012, lanzaban nuevas esperanzas que deberían incluir el conocimiento de la técnica y la gestión legislativa.
Aníbal García, Emilene Mazariegos y Manuel Baldizón opinaban en enero la necesidad de hacer una reforma a la ley del Tribunal Supremo Electoral, para que los jóvenes puedan ingresar (en el futuro), ser parte de este concurso de políticos para elegir y ser electos.
Tema de la elección y la representación directa, en el asunto de los listados nacionales y en el de los listados departamentales, «generalmente las primeras casillas es donde se ha ubicado a los grandes amigos de los secretarios generales o la gente que tiene mayor relación a lo interno del partido», puntualizaba el diputado Baldizón.
«Con esta reforma, si usted está en el listado 32, la gente va a poder votar para primera posición el que está en el listado 32; el que esté en el listado 20, pues la gente va a votar para el que esté en número 20, el número dos, y así, el que más tenga simpatía va a poder tener la posibilidad de llegar al Congreso de la República», explica.
Igual es en el tema de los alcaldes, igual en el tema de los diputados, para que la posibilidad futura de que exista una reelección únicamente por dos períodos y dejar un período en intermedio, para que se les dé la oportunidad a los jóvenes de ingresar a la política, pensando en el principio de alternabilidad, es el espíritu del proyecto de ley.
«Es importante en el tema de la reforma a la ley del TSE, desde cuando se pueda incidir en esa posibilidad que el votante pueda elegir, si el listado nacional tiene 32 personas ó 33 personas, el votante pueda decidir si el que va en la 28 posición, vaya de primero a su elección y entonces van a dejar de incidir el Secretario General (del partido político), el poder paralelo y aquellos que muchas veces han comprado sus posiciones a cambio de otro tipo de cosas», termina el legislador Baldizón.
La población en el interior del país puso y ha puesto su confianza en empresarios, profesionales o simples líderes de los que ellos no han dudado sobre la falta de capacidad intelectual, pero nueve meses después no han visto que se pongan al servicio de Guatemala. «Solo se ha evidenciado los intereses individuales y no los de la colectividad», insisten.
Otros criterios surgidos de los mismos políticos, es que no se ha desenfundado el principio de la democracia, la función legislativa y el verdadero estado de derecho, porque son muchos los grupos que no dejan de lado la pasividad y su no participación, porque no tienen coraje.
El mismo mandatario ílvaro Colom respalda una reducción del número de diputados, según sus últimas declaraciones.
Con total hermetismo, Valentín Gramajo, presidente de la sala de trabajo de Asuntos Electorales, se refiere a que ahora no es posible obtener un ejemplar de la iniciativa de ley, que busca reformar la ley Electoral y de Partidos Políticos, ya que su contenido está en estudio de los comisionados y no han terminado ciertas consultas con personas y grupos expertos, antes de realizar el dictamen.