Los diputados de las distintas facciones políticas iraquíes oficializaron hoy el acuerdo de reparto del poder que permitirá poner fin a ocho meses de crisis política en Irak, dos días después del boicot de una parte de los parlamentarios.
Este acuerdo, concluido el miércoles tras duras negociaciones entre los principales dirigentes iraquíes, mantiene como primer ministro al chiita Nuri al Maliki, y atribuye a su rival, el laico Iyad Allawi, la presidencia de una nueva instancia dotada de poderes ejecutivos.
«Los cerca de 250 diputados presentes aprobaron el acuerdo de reparto del poder», declaró un responsable del Parlamento, que pidió el anonimato.
La reunión contó con la presencia de algunos de los diputados de Iraqiya, la lista de Allawi, que habían boicoteado dos días antes la reelección del presidente iraquí Jalal Talabani.
Ocho meses después de las segundas elecciones legislativas desde la caída del ex presidente Sadam Husein, Irak consiguió el jueves concluir el proceso de formación de su gobierno gracias a un acuerdo que atribuye los tres principales cargos del país entre las tres principales confesiones y etnias.
Conforme a este acuerdo, saludado por gran parte de la comunidad internacional, los diputados eligieron al presidente del Parlamento, el sunnita Osama al Nujaifi. Más tarde fue reelegido a la presidencia del país Jalal Talabani, de origen kurdo, quien anunció su intención de reconducir a Maliki como primer ministro.
El primer ministro tiene que ser formalmente designado en los próximos días y tendrá un mes para constituir su gobierno.
El acuerdo se alcanzó tras la tensa situación del jueves, cuando poco antes de la elección de Talabani, unos 60 diputados de Iraqiya (de 91) abandonaron el Parlamento en plena sesión.
Estos parlamentarios protestaban contra el «no respeto» por parte de los seguidores de Maliki de las condiciones que habían impuesto para participar en el proceso político.
La próxima sesión parlamentaria será el 21 de noviembre, después de las fiestas de Aid al Adha.
Iraqiya ganó por poco margen las legislativas, con el apoyo de los bastiones sunnitas. Esta victoria permitió sin embargo a Allawi reivindicar el cargo de primer ministro, antes de resignarse a dejárselo a Maliki.
El acuerdo prevé que Allawi obtenga, como compensación, la presidencia del Consejo Nacional de la Política Superior (CNPS), una nueva instancia cuya creación ya fue evocada por Estados Unidos, que cuenta con 500.000 militares en Irak.
La participación de la minoría sunnita, que dirigió el país durante 80 años hasta la caída de Sadam Husein, se considera crucial para evitar que Irak recaiga en una ola de conflictos religiosos.
A nivel internacional, muchas capitales extranjeras saludaron el acuerdo y el desbloqueo de la crisis institucional iraquí.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, presentó el acuerdo político como una «etapa importante» en la historia de Irak. El gobierno iraquí será «representativo, integrador y reflejará la voluntad del pueblo iraquí», precisó.