Los desafí­os de la educación en el siglo XXI


Raúl Hernández Chacón

1. Introducción:

Al siglo XXI se le conoce como el siglo de la tecnologí­a, del conocimiento y de la comunicación. Tres grandes ámbitos que no son ajenos a la educación. Es más, son ámbitos que le competen de manera directa.


La tecnologí­a es cierta habilidad, cierta destreza que requiere un periodo que suele llamarse de instrucción. La persona, mediante la práctica continua, adquiere experiencia, entonces la tecnologí­a, desde los tiempos prehistóricos fue vital y es vital en la medida que supera los obstáculos que le presenta la naturaleza al ser humano, las exigencias para el trabajo y necesariamente es indispensable para la vida. Sin duda alguna, muchas personas sin experiencia y habilidades sobreviven a ciertas habilidades tecnológicas de la vida. La convivencia social hace más fácil para el hombre y para la mujer ciertas formas de vida que superan estos obstáculos, pero eso no significa que en el proceso evolutivo de la vida social, el hombre y la mujer debieron haber afrontado dificultades hasta adquirir conocimientos mí­nimos para desarrollar las habilidades y destrezas necesarias en los perí­odos de la recolección, la caza, la pesca y particularmente en la agricultura.

Desde entonces hasta el siglo XXI, se produce un caminar tecnológico que lleva al ser humano hasta los viajes espaciales. Un ejemplo muy didáctico lo constituye la pelí­cula 2001, una odisea del espacio de Stanley kubrick. En ese perí­odo evolutivo, hubo estadios de desarrollo tecnológico, en los que la educación jugó un papel insustituible. Un breve repaso por los descubrimientos cientí­ficos en los diversos campos de la vida de la humanidad, hacen significativo el valor de la tecnologí­a, unida al conocimiento, sin el cual ella, la tecnologí­a no es posible y su divulgación hace indispensable la comunicación. Entonces, tecnologí­a, conocimiento y comunicación son ámbitos que se entrelazan estrechamente y son parte inherente a la educación como proceso.

Hubo una época histórica muy marcada, durante la cual se dio más importancia al conocimiento, se descuidó las habilidades manuales colocando en primer plano la cuestión intelectual. Esta corriente muy marcada en la cultura occidental, cuya influencia en la educación guatemalteca es muy notoria, aún persiste en muchos ambientes educativos.

En el campo de la comunicación, una de las herramientas más conocidas e indispensables fue es el lenguaje. El idioma. Para los seres humanos, la comunicación, por medio del lenguaje es indispensable e insustituible. Otros medios de comunicación hoy se han sofisticado de manera increí­ble, además existen otros medios de comunicación además del lenguaje escrito y pronunciado a través del órgano humano: la boca y la lengua. El lenguaje es condición indispensable para la comunicación. La comunicación no verbal es muy elocuente. La música es un medio de comunicación al nivel estético, así­ mismo todas las manifestaciones artí­sticas, pero la música es «el lenguaje de los ángeles y la comprensión de los hombres».

Apunta un autor. Lo estético, lo bello, lo sublime. En ocasiones, cuando acaban las palabras empieza la música.

Como podemos observar: tecnologí­a, conocimiento y comunicación, son unidades de un todo, í­ntimamente relacionadas con la educación. El siglo XXI crea nuevos ambientes y nuevas formas para el desarrollo de la convivencia humana: la globalización tecnológica, económica, polí­tica e ideológica, marcan un punto clave para comprender mejor la complejidad de la educación y sus retos y desafí­os, particularmente en el siglo actual.

2. La educación:

Hoy vivimos nuevos escenarios y nuevas posibilidades, quizá posibilidades ilimitadas. Los avances en todos los órdenes permiten visualizar que la educación ya no puede ser la misma que se registró en los 20 siglos pasados. El siglo XXI plantea entre otros diversos retos y desafí­os, el enfoque tecnócrata y el humanista. Esto quiere decir, que el capitalismo encuentra, en el neoliberalismo, una corriente muy fuerte que asegura la parte técnica, como la panacea, lo máximo, lo mejor. Es decir que, si hoy se logra, mediante una educación bien orientada, una capacidad tecnológica importante, se puede lograr el éxito, la riqueza y la felicidad anhelada.

Esto no es cierto, pero los medios de comunicación se han encargado de desfigurar la verdadera intención que subyace tras esa percepción equivocada de la vida.

Hoy la educación en general es sinónimo de tecnologí­a. Los niños y los jóvenes están inmersos en una locura de tecnologí­a superficial, que les lleva a perder la dimensión humana de la verdadera educación que es por su esencia humanización y personalización.

El reto y desafió de la educación hoy, es recuperar el enfoque humanista, es decir, una educación a partir de la persona humana, con las caracterí­sticas del ser humano:

íšnico e irrepetible, creativo, sociable, es decir, ser en toda su plenitud.

Frente a una educación tecnológica, que antepone la técnica a la persona humana, el reto es armonizar, integrar, pero respetar a la persona en su esencia, en su naturaleza humana, como ser social en devenir, ser que se construye así­ mismo, mediante la relación con los demás y con la naturaleza, con una escala de valores y con un horizonte de espiritualidad y de trascendencia, que hace efectiva una educación integral: cuerpo y espí­ritu.

El reto y el desafí­o de la educación hoy, consiste en rescatar la visión humana de la persona, frente a las tendencias cada vez más fuertes del tecnócrata. No es cierto que la tecnologí­a es la respuesta única a las necesidades del hombre y de la mujer hoy. No es cierto que el siglo xxi resuelve los grandes problemas de la humanidad: la vida, las enfermedades, la tristeza y lleva a la felicidad.

Es imprescindible, a través de la educación, el conocimiento y discernimiento de la historia de la humanidad, particularmente del siglo XX, siglo en el que se creí­a que todo estaba resuelto. Hasta se llegó a considerar el fin de la historia.

El siglo XX y los anteriores dejaron lecciones aprendidas que el hombre no consideró validas y las volvió a repetir, por ello, «el que no conoce la historia está condenado a repetirla», apunta un escritor de mucho valer.

La educación del siglo XXI, no puede diluirse en pura tecnologí­a, aunque parezca ser la respuesta a todos los males del mundo: la medicina, la economí­a, los medios de comunicación, la computadora como la herramienta indispensable, insustituible hoy.

Estamos debilitando ámbitos trascendentales como la polí­tica, la sociologí­a, la historia, la antropologí­a. Ciencias que hoy pasan a un segundo plano, es más, están seriamente cuestionadas en las universidades, por que no son rentables. Ojo. Aquí­ hay un dato que debe ser considerado como un elemento clave para comprender al mundo de hoy, al siglo XXI.

Las ciencias humaní­sticas están en análisis desde la perspectiva de las ciencias exactas, el viejo problema de la epistemologí­a es esa discusión estéril si son ciencias o no.

Todo ello hace suponer diversidad de interpretaciones, pero lo cierto es que las universidades están más interesadas en carreras tecnológicas, rentables, que garanticen a los jóvenes opciones de carácter economico.

Ello indica que la visión economiesista prevalece en todos los ámbitos, particularmente en el educativo.

El gran desafí­o de la educación es hoy en consecuencia, la humanización. Humanizar al hombre y la mujer. Humanizar desde los ambientes, para algunos tradicionales: la familia, la escuela y la iglesia. Estos ámbitos deben promover una formación humana. Educación impregnada de valores y respetuosa de la persona. La no violencia, la no discriminación. El diálogo, la solidaridad, la paz.

En Guatemala, el currí­culo nacional base, producto de la reforma educativa en marcha, es fundamentalmente humanista y personalista, toda vez que tiene como centro de todo su desarrollo a la persona humana dentro del contexto de la pluriculturalidad del paí­s. Así­ como la propuesta del proyecto educativo institucional ya en muchos establecimientos vigente.

3. Conclusión:

La educación es comunicación, tecnologí­a y conocimiento. En ese orden, porque el hombre hoy deberá comunicarse más para ser cada vez más, no tener más, en alusión directa a Erick From, de su obra: tener o ser.

Utilizar la tecnologí­a para su desarrollo personal y comunitario, así­ como adquirir conocimientos básicos que le aseguren una vida digna, para él o ella y su entorno. Quizá, finalmente deberá la educación del siglo XXI, tomar muy en cuenta las recomendaciones de la comisión internacional que la UNESCO publicó en el año de 1990 en torno al tema «la educación encierra un tesoro» de Jaques Leroi.

La educación, sus retos y desafí­os se resumen en un esfuerzo integral: economico y politico para crear espacios que permitan el desarrollo pleno de la persona humana, su libertad y su compromiso social hacia el otro.