La Iglesia Ortodoxa griega pidió a los cristianos de toda Europa que se unan contra un fallo de la Corte Europea de Derechos Humanos por el cual las escuelas públicas italianas deberán retirar los crucifijos y otros símbolos religiosos de sus aulas.
Los obispos griegos convocaron una reunión de urgencia para discutir un plan de acción que permita apelar la decisión del tribunal por temor a que este caso siente un precedente y acabe afectando también a otros países, entre ellos Grecia.
La sentencia de la Corte de Estrasburgo le dio la razón a Soile Lautsi, una madre de origen griego de una localidad cercana a Venecia que interpuso una demanda después de que el colegio público al que asistían sus hijos se negara a retirar un crucifijo de un aula.
Para la Corte Europea, «el objetivo de la educación pública es fomentar el pensamiento crítico» y el Estado no debe imponer creencias.