La denuncia, dramática por cierto, proviene de una persona en la que se conjugan el conocimiento científico y la formación moral. Teresa Forcades y Vila, no solamente es médica y doctora en Salud Pública, sino monja benedictina. Estas dos circunstancias le dan doble valor al señalamiento y en él, el señalamiento de datos científicos que nos son desconocidos a la mayoría de los legos en ese lenguaje. Los dos primeros casos de la nueva gripe virus A/H1N1 cepa S-OIV se diagnosticaron en California, EE.UU. el  17 de abril de 2009. Esta «nueva gripe» no es nueva porque sea del tipo A, ni porque sea del subtipo H1N1. La epidemia de gripe de 1918 fue de ese tipo y desde 1977 los virus A/H1N1 han pasado a formar parte de la temporada de gripe anual. Lo único nuevo, dice la doctora Forcades es la cepa S-OIV.
Desde que los medios hicieran del conocimiento público la existencia de la «nueva gripe», hasta septiembre de 2009 habían muerto 137 personas en Europa y 3,559 en todo el mundo. Si en Europa mueren entre 40 mil a 220 mil personas a causa de la gripe, la del A/H1N1, con la que espantaran al mundo la cifra señalada es insignificante.
A finales de enero de 2009 la filial austríaca de la farmacéutica estadounidense Baxter distribuyó a 16 laboratorios de Austria, Alemania, República Checa y Eslovenia 72 kgs de material para preparar miles de vacunas contra la gripe estacional. Un técnico de laboratorio de BioTest en la república checa decidió probar la vacuna con hurones (animales que se usan desde 1918 para probar las vacunas). Todos los hurones murieron. Al investigar la razón se encontró que el material enviado por la casa Baxter contenía el virus vivo de la gripe aviar (virus A/H5N1) combinados con virus vivos de la gripe de cada año (virus A/H3N2), si esta combinación no se hubiese descubierto a tiempo, la pandemia QUE SIN BASE REAL estaban anunciando las autoridades sanitarias globales (OMS) y nacionales ahora sería una espantosa realidad. Esta combinación de virus vivos puede ser especialmente letal porque combina un virus que tiene 60% de mortalidad, pero es poco contagioso (el virus de la gripe aviar), con otro que tiene una mortalidad muy baja pero con una gran capacidad de contagio (virus de la gripe de cada año).
El 29 de abril de 2009 cuando hacía solamente 12 días que se habían detectado los dos primeros casos de la nueva gripe, la doctora Margaret Chan, Directora General de la OMS, declaró que el nivel de alerta por el peligro de pandemia se encontraba en Fase 5Â y ordenó que todos los gobiernos de los Estados miembros de la OMS, activasen planes de emergencia y de alerta máxima».
Un mes más tarde declararía que en el mundo «teníamos ya una pandemia» (Fase 6) causada por el virus A/H1N1 S-OIV. ¿Cómo podría declarar tal cosa cuando los datos científicos expuestos demostraban que la «nueva gripe» era más benigna que la gripe de cada año?
De acuerdo a la definición de Pandemia de la OMS, si se llegase a declarar la obligatoriedad de la vacuna, el Estado miembro tiene la obligación de hacer cumplir ley, imponiendo multa o prisión a quienes no se vacunen.
Si no se hubiese descubierto (aún cuando casualmente), el material contaminado enviado por la casa Baxter, la pandemia hubiese sido efectivamente la causa de muerte de millones de personas en el mundo. Pero más inexplicable es el hecho de que la OMS haya irresponsablemente declarado una pandemia inexistente, provocando el que los Estados invirtieran billones de Euros en la compra de las vacunas.
¿Es casualidad que ello coincida con los términos en que está expuesto el memorándum de Seguridad 200 (NSSM-200) estadounidense? Y lo es el que se haya denunciado que uno de los principales accionistas del laboratorio que produce la vacuna lo sea el ex Secretario de Defensa Donald Runsfeld?
(Quienes estén interesados en conocer un Resumen del NSSM-200 pueden pedirlo a mi correo quiquewer@yahoo.com.mx)