Los Congresos representan la expresión democrática de los pueblos


El presidente del Congreso de Guatemala, Arí­stides Crespo.

«Los Congresos Nacionales están obligados, por imperativo del poder popular que les ha sido delegado, a representar la viva expresión democrática del pueblo que los ha elegido para transitar el sendero del progreso, la paz y el libre juego de las opiniones polí­ticas», dijo Arí­stides Crespo, presidente del Congreso de la República, en su exposición ante el Parlamento Andino con sede en Bogotá, Colombia, donde se llevó a cabo el Seminario-Taller sobre la Carta Democrática Interamericana.


Hemiciclo del Congreso colombianoFrontispicio del Palacio Legislativo de ColombianoEl presidente del Congreso de Colombia, Hernán Andrade Serrano

Con el objetivo principal de promover estrategias para su mayor difusión así­ como para facilitar la implementación de una adecuada plataforma de concertación polí­tica en la subregión, que sirva a su vez para la discusión de temas de interés común.

El evento en el que participó el Presidente de la Junta Directiva la semana recién pasada fue organizado por el Parlamento Andino, el Foro de Presidentes de los Organismos Legislativos de Centroamérica (Fopre) el cual también preside en forma pro témpore, el Instituto de Altos Estudios para la Integración y el Desarrollo Legislativo, el Congreso de Colombia y el Programa de Apoyo a Instituciones Legislativas de la OEA.

Durante su participación Crespo refirió «en la actualidad es virtualmente imposible concebir la conducción de un Estado, sin la existencia de un Congreso que dé justo equilibrio a la división de poderes y que con el libre debate, negociación y consenso le dé sustancia al espí­ritu democrático».

Y es que el Presidente del Organismo Legislativo hizo énfasis a que dentro el proceso de consolidación democrática en Latinoamérica, se debe señalar que durante los últimos 20 años los paí­ses latinoamericanos han transitado por el sistema polí­tico de escoger a sus autoridades en base al libre juego democrático de elecciones periódicas.

No es suficiente

Aunque a simple vista pareciera que esa metodologí­a y ese sistema de gobierno se ha estabilizado, es imperativo reconocer que lo avanzado aún no ha sido suficiente para demostrar que es el sistema ideal para construir una sociedad que conjugue el crecimiento económico con la justicia social, que compatibilice el discurso con la praxis polí­tica y que garantice que el bienestar de las mayorí­as están sobre todas las cosas.

El peligro latente sobre el sistema representativo radica en que el esfuerzo polí­tico no sea suficiente para reducir de manera efectiva el flagelo de la pobreza y que el individuo se sienta ciudadano de una sociedad pací­fica, estable e igualitaria en sus oportunidades y en el disfrute de la riqueza social. En tanto esto no se logre no se puede decir, con la certeza que quisiéramos, que el sistema funciona. No basta con repetir a la saciedad que, con sus imperfecciones, es el mejor sistema probado. Y es que el pueblo puede aguantar algunos años de penurias, pero no sacrificar a generaciones, máxime que se da cuenta que algunos ganan y muchos pierden.

El papel de los Partidos Polí­tico

Los partidos polí­ticos que no poseen un sustento ideológico, sin principios definidos y una visión clara de paí­s, le hacen un daño sensible a la credibilidad del sistema representativo. La existencia de partidos constituidos sólo con base a una cercana elección, con más clientelismo que vocación, sólo socavan la democracia y desalientan la participación del pueblo en la solución de sus propios problemas.

Como se ha señalado en párrafos precedentes, el sistema representativo es viable en tanto contribuya a resolver eficazmente los problemas reales de los ciudadanos, considerados éstos como la totalidad de la población y no sólo los intereses particulares de grupos minoritarios de poder.

Para que ese sistema se consolide y se disipen los nubarrones negros, es necesario que los partidos polí­ticos se consoliden como instrumentos serios y de largo plazo.

Como una de las conclusiones, los Presidentes de los Poderes Legislativos que asistieron al evento acordaron, mediante la suscripción de una declaración:

Resaltar la importancia de mantener el Foprel, a través de la cooperación en capacitación, intercambio de información y de experiencias, respetando la institucionalidad existente y evitando la superposición de esfuerzos y mayores gastos financieros.

Reiterar lo estipulado en la Carta Democrática Interamericana, en lo referente a la democracia representativa como forma de gobierno compartida por los pueblos de las Américas.

Reiterar el interés por trabajar en aspectos relacionados con armonización legislativa en temas de interés común, para que la integración sea una realidad tangible para los ciudadanos.