Los colegios privados acaparan la educación


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La educación pública ha sufrido un importante desgaste en los últimos años, y por consecuencia, la calidad de la enseñanza en las escuelas e institutos se ha deteriorado hasta niveles precarios, condenando a los estudiantes de clase media y pobres a un aprendizaje mediocre.

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POR EDER JUÁREZ
ejuarez@lahora.com.gt

Por otro lado, las pocas familias que pueden garantizar la adecuada formación académica de sus hijos en colegios privados con alta calidad de enseñanza se encaminan a consolidarse en el futuro como un grupo élite en el país.

Según información del Ministerio de Educación –difundida por medios de comunicación–, a nivel nacional, el logro de los 141 mil 930 estudiantes graduandos de 2013 fue de 26.3 por ciento en lectura, mientras que para matemáticas fue de 8.2 por ciento

Eso significa que el 73.7 por ciento en el grupo evaluado no se encuentra capacitado para leer un texto preuniversitario y comprenderlo, mientras que el 91.8 no puede enfrentarse a los problemas numéricos elementales de un egresado del nivel medio.

Aunque las calificaciones obtenidas por los graduandos en 2013 no fueron tan malas como las del año anterior, el cambio de un año a otro fue mínimo; en el 2012 el logro fue de 24.47 por ciento en lectura, mientras en matemáticas fue de 7.30 por ciento.

Las cifras  anteriores muestran los resultados consolidados de colegios privados e institutos públicos, sin embargo, hay marcadas diferencias cuando se analizan y comparan los resultados entre ambos sectores.

Del 2013 aún no se cuenta con datos, pero en 2012 el éxito en lectura de los graduandos del sector privado fue de 25.46 por ciento, mientras que en los institutos públicos fue de 23.75, en institutos por cooperativa de 14.76 y en institutos municipales de 14.74.

En cuanto a matemáticas, el éxito de los graduandos del sector privado fue de 8.03 por ciento, mientras que en los institutos públicos fue de 5.99, en institutos por cooperativa de 3.29 y en institutos municipales de 1.82.

Dentro del mismo sector privado también hay comparaciones abismales; en el portal Mineduc.gob.gt se pueden observar los resultados de cada centro educativo: los colegios de mayor prestigio y también de mayor costo son los que registran las mejores calificaciones, mientras que los establecimientos que se dirigen a la clase media y de bajos ingresos concentran los peores resultados.

Las cifras evidencian que las familias con mayor poder económico tienen las posibilidades de garantizar un mejor futuro a sus hijos, mientras que las familias menos favorecidas deben conformarse con la enseñanza que pueden pagar, que en la mayoría de casos no es de buena calidad.

LA PRIVATIZACIÓN

La mayoría de familias guatemaltecas podrían optar por la enseñanza que ofrece una escuela o un instituto, que no cobran inscripción ni cuotas mensuales, pero pocas estarían convencidas de que esa sea su mejor opción si lo que buscan es el éxito y la superación académica de sus hijos e hijas.

No es un secreto que la enseñanza del sistema educativo público sufre un franco deterioro desde las últimas décadas, que se ha evidenciado con las pruebas efectuadas a estudiantes de los últimos grados de cada ciclo.

Por eso los padres de familia, en su mayoría, prefieren inscribir a sus hijos en establecimientos educativos privados y la muestra de ese fenómeno es la matriculación dispar en los institutos y colegios.

En el 2012 habían 28 mil 844 graduandos registrados en institutos públicos, 6 mil 325 en institutos por cooperativa y mil 708 en establecimientos municipales, mientras que en los colegios privados había 100 mil 589 –el 73.17 por ciento de los estudiantes–.

Analistas y expertos consideran que el deterioro de la calidad de la enseñanza en el sector público no es una simple casualidad, sino una forma “solapada” de privatizar la educación. Esto porque las deficiencias del sector público crean la necesidad de los colegios y así se beneficia a quienes consideran la enseñanza como un negocio o una oportunidad de lucro.

Jorge Santos, investigador del Centro Internacional de Investigaciones en Derechos Humanos, desde una perspectiva crítica, menciona que el sistema educativo “atiende a las necesidades del mercado laboral, pero no las necesidades de formación de un ser humano con múltiples capacidades y formado para elevar su condición material y espiritual”.

De esa cuenta, considera que la formación deficiente de la mayoría de los jóvenes guatemaltecos está orientada a atender la necesidad de trabajadores para sectores como maquilas, call-centers o producción de artesanías, pero no para aportar a la sociedad su potencial en áreas como las ciencias, las artes u otros espacios de liderazgo.

El entrevistado manifiesta que las estadísticas reflejan un abandono sistemático de la educación pública por el Estado guatemalteco. “Lo que uno ve es un desmontaje del sector público en el quehacer en la educación en el país”, puntualiza.

En términos generales, según el investigador, el Estado guatemalteco abandonó por completo la visión de la educación como un derecho, y lo cedió como un servicio a la iniciativa privada.

ABANDONO LAMENTABLE

El informe “El derecho a la educación vulnerado: La privatización de la educación en Centroamérica” dedica un capítulo a Guatemala y menciona el abandono de las escuelas: “El sector público dedica la mayor cantidad de los recursos asignados a los gastos de personal y muy poco a otros programas (…) son nulas o muy limitadas las inversiones en infraestructura”.

“La información (…) muestra cómo en la sociedad guatemalteca el acceso a la escolaridad no es entendido como un derecho sino como un servicio y, lo que es peor aún, como la dádiva que conceden los que controlan y usufructúan el poder público a los grupos mayoritarios carentes de los más básicos medios para proporcionarse una vida digna”, refiere el informe.

Mario Rodríguez, analista del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad San Carlos (IPNUSAC), opina que los resultados de las evaluaciones realizadas a graduandos no han cambiado considerablemente desde 2006, lo que quiere decir que durante mucho tiempo se ha hecho lo mismo sin pensar en la necesidad de un cambio para favorecer a los más afectados.

Rodríguez indica que es lamentable que el Ministerio de Educación, teniendo resultados tan pobres durante muchos años, insista en una política que orienta la educación para el empleo y no para la ciudadanía, y “eso repercute en el futuro”.

“Los padres tienen mucha responsabilidad porque no exigen mejoras en la educación que están recibiendo sus hijos, hay una responsabilidad compartida en ese sentido y es algo que se está perpetuando en el sistema educativo nacional”, considera el profesional.

REALIDAD SOCIAL

Cecilia Garcés, del Instituto de Investigación para la Incidencia en Educación y Formación Docente, considera que lejos de formar a grupos élite, el sistema educativo debería enfocarse en formar a los ciudadanos del futuro para que puedan exigir sus derechos y cumplir con sus obligaciones.

La experta reconoce la disparidad que se ofrece en la educación privada y la atención que se ofrece en la educación pública, que en su mayoría es “paupérrima”, y además considera que ahora se están implementando políticas públicas en la educación que no corresponden a la realidad guatemalteca.

“No se puede evaluar a los estudiantes de Guatemala, cuando el 50 por ciento de la niñez está sufriendo de desnutrición crónica. Se puede tener a los mejores maestros a nivel universitario, pero las mentes con las que ellos estarán trabajando son de desnutrición, que no rendirán como se quiere”, señala Garcés.

Además, indica que en términos de diversidad cultural la educación no ha sabido responder a las necesidades de la niñez. “Se ha comprobado que los niños aprenden mejor cuando lo hacen en su idioma materno. Por eso, muchos niños no están siendo promovidos en conciencia”, señala.

CONCLUSIONES

A criterio de Santos, Guatemala tiene una reducida inversión en capacitación docente, maestros mal pagados e infraestructura deplorable, y eso incide en los resultados, pero si a esto se le agrega, el estudiante que está llegando a la escuela con hambre y condiciones económicas difíciles, se agrava y profundiza la situación.

La apuesta, según el analista, debe ser la búsqueda de un modelo de educación pública de calidad, que satisfaga las exigencias sociales y que construya ciudadanía, para que forme profesionales capaces de cuestionar, transformar, observar y analizar su realidad.

El esquema educativo deber ser muy distinto al que hoy por hoy se está implementado, pero para eso se requiere conciencia de parte de las autoridades y responsabilidad de parte de la comunidad educativa.

El Ministerio de Educación  se negó a responder a las consultas que La Hora formuló hace dos semanas.

MATRÍCULA

En el 2012 había 28 mil 844 graduandos registrados en institutos públicos, 6 mil 325 en institutos por cooperativa y mil 708 en establecimientos municipales, mientras que en los colegios privados había 100 mil 589 –el 73.17 por ciento de los estudiantes–. No se espera una variación significativa en las estadísticas que se presentarán sobre la matriculación de 2013.

RESULTADOS 2013

En 2013, el 73.7 por ciento en el grupo de graduandos que fue evaluado no se encuentra capacitado para leer un texto preuniversitario y comprenderlo, mientras que el 91.8 no puede enfrentarse a los problemas numéricos elementales de un egresado del nivel medio. Esto puso en evidencia las fallas en el sistema de enseñanza de los colegios y los institutos públicos.

“No se puede evaluar a los estudiantes de Guatemala, cuando el 50 por ciento de la niñez está sufriendo de desnutrición crónica. Se puede tener a los mejores maestros a nivel universitario, pero las mentes con las que ellos estarán trabajando son de desnutrición, que no rendirán como se quiere”.
Cecilia Garcés, del Instituto de Investigación para la Incidencia en Educación y Formación Docente