Hay un sector de servicio público que se encuentra relegado, no obstante que con su quehacer nos libera de los excedentes sólidos acumulados en nuestros domicilios, y son los colectores de basura.
Estos personajes en un día alterno nos visitan, llueva, truene o relampaguee, ya están tocando el timbre de la casa a las cuatro de la mañana, gritando: ¡Basuraaaa! ¿A qué hora se levantan? ¿A qué hora se acuestan a dormir? ¿Y sus alimentos? Es un trabajo sacrificado que lo hacen con gusto, aunque pienso que en más de alguna ocasión, justificadamente, suelten algo que no es precisamente una jaculatoria.
En la obra de teatro de quien fuera eximia actriz y comediógrafa guatemalteca María Luisa Aragón, “Un loteriazo en plena crisis”, se le hace un reconocimiento a estos esforzados trabajadores, pues cuando ya ricos, los Calandria, empiezan por renunciar a sus amistades pobres, se cortan los nombres así: ella se hace llamar doña Cipri, en lugar de Cipriana; Tomasa, Tomi; Casimira, Casi; el Martín, don Martín, nada de maistro zapatero. Doña Cipri obliga a las señoritas, nada de las muchachas, a que dejen a sus novios y que busquen otros de la sociedad, pero Tomi no hace caso y a escondidas se ve con el Adrián, el colector. Y así, cuando vuelven a ser pobres, la única que queda bien es ella.
Este primero de mayo no se vio la presencia del conglomerado, que es numeroso, porque aún no se le ha ocurrido hacerse presente y por la ausencia de un organizador que tome la batuta, pero corresponde a la sociedad, a la ciudadanía, a todos por igual, porque ellos visitan para colectar esos desechos, parodiando a don Juan Tenorio, “desde la princesa altiva hasta la hija de un pescador”, hacerle un reconocimiento por esa labor callada pero eficaz. ¿Qué haríamos sin ellos?
Se me ocurre que el Ministerio de Trabajo y Previsión Social haga algo en su honor, como estudiar la emisión de un decreto que declare tal fecha como el Día del Colector, o como se le quiera nominar, para dignificar a estos trabajadores. Naturalmente, ese día no recolectarían basura y se organizarían festejos. Ojalá no se eche en saco roto la idea.