A simple vista, la Iniciativa Global Clinton ofrece a Bill, Hillary y Chelsea Clinton una plataforma para anunciar compromisos financieros de parte de corporaciones, organizaciones no gubernamentales y filántropos, orientadas a resolver algunos de los problemas más acuciantes del mundo.
Tal vez más que en ningún otro año, la más reciente concentración de allegados y admiradores de los Clinton ofreció un vistazo al pasado, presente y futuro de una de las familias políticas más dominantes de los Estados Unidos.
Creada en el 2001, la fundación le ha permitido al expresidente abordar problemas de todos los continentes y pulir su legado. Ahora sirve como cuartel desde el cual Hillary Rodham Clinton decide si se postula a la presidencia en el 2016. Y podría ser el trampolín desde el cual la única hija de la pareja, Chelsea, de 33 años, gana peso propio en el mundo de la política.
«Es bueno hacer grandes apuestas de filantropía», comentó el ex presidente en la reunión anual de la fundación la semana pasada, al presentar un video del trabajo de esa entidad narrado por el actor Morgan Freeman. «Lo que comenzó como el esfuerzo de un hombre por ayudar a gente de todos lados», dijo Freeman, «se transformó rápidamente en una fundación llena de personas apasionadas, con grandes dones».
La reunión de cuatro días, que se realiza anualmente desde el 2005, permitió ver cómo los Clinton, luego de dejar la Casa Blanca, crearon una entidad capaz de ocuparse de grandes problemas, como la prevención del sida, nutrición, igualdad de la mujer y la pobreza.
En un reflejo de la capacidad que tiene Clinton de atraer grandes personalidades, el salón principal estaba repleto de ex funcionarios de su gobierno, grandes empresarios, ejecutivos y celebridades.
Mientras el ex mandatario revisaba sus notas detrás del escenario, el cantante de U2 Bono entretenía a los presentes con una imitación improvisada de Clinton, usando incluso un acento sureño. En otro sector el actor Sean Penn hablaba de su trabajo para impulsar el desarrollo de Haití y la actriz Kate Hudson impulsaba la promoción de mujeres a puestos de liderazgo.
Hillary Clinton, ex primera dama que fue también senadora de Nueva York y secretaria de estado, dijo que encabezará una campaña de la fundación para evaluar el progreso de las mujeres en todo el mundo con miras al 20mo aniversario del discurso que pronunció en una conferencia de mujeres de las Naciones Unidas en Beijing. Como primera dama, Clinton dijo en 1995 que «los derechos humanos son derechos de la mujer y los derechos de la mujer son derechos humanos, de una vez por todas».
La esposa del ex presidente anunció la semana pasada tres nuevos compromisos para ayudar a las mujeres de todo el mundo, incluida la distribución de 1.500 millones de dólares en los próximos cinco años para financiar empresas propiedad de mujeres. Entre los patrocinadores de esa iniciativa figuran Coca-Cola, Wal-Mart y Exxon Mobil.
«Este es un ejemplo perfecto de lo que hace la IGC», expresó. «Aprovechar el capital social y el capital real. Es una gran combinación».
Esa combinación de dinero y filantropía podría ofrecer un blanco si la ex primera dama decide buscar la presidencia. La familia ha estado recaudando dinero para la fundación en Nueva York, los Hampton y Washington, y se planea un concierto benéfico en Londres y eventos en Washington, Miami y San Francisco.
Bill Clinton tuvo que salir en defensa de su fundación en agosto cuando circularon artículos en los que se hablaba de peleas internas sobre el manejo financiero de la organización. La fundación reveló que en el 2011 una firma de afuera realizó una auditoría y recomendó una administración financiera más firme y una junta más independiente.
Dirigentes republicanos han dicho que sería legítimo cuestionar el trabajo de la fundación si Hillary Rodham Clinton se postula a la presidencia dentro de tres años. Kirsten Kukowski, portavoz del Comité Nacional Republicano, habló de «mala administración y conflicto de intereses» en la fundación, agregando que «así es que operan los Clinton» y que Hillary tendrá que responder por esas actividades.
Los demócratas, por su parte, dicen que esos ataques no tienen sustancia y que las obras caritativas de la fundación hablan por sí mismas. La fundación dijo que ayudó a más de 5 millones de personas con sida a conseguir medicinas en 70 países, que su trabajo en la agricultura ayudó a que 4.300 granjeros alimenten a 30.000 personas en África y que su trabajo permitió plantar 4,5 millones de árboles en Ruanda y Malaui.
«Todo esto lo usarán en su contra, pero si esa es su gran queja, que su familia ayudó a salvar vidas en todo el mundo, como dijo un presidente, ‘que se vengan, los estamos esperando»’, comentó Paul Begala, quien fue asesor de la Casa Blanca durante el gobierno de Clinton.
El futuro de la fundación podría estar en las manos de Chelsea Clinton, quien ha viajado mucho en su nombre y es vicepresidenta. Chelsea anunció hace poco varias iniciativas, incluidas campañas para suministrar agua potable y promover la salud de mujeres y niños en América Latina.
Chelsea no descarta que pueda dedicarse a la política en el futuro. En una entrevista con CCN desde Ruanda en agosto, dijo que estaba «tratando de hacer una vida pública útil» y que podría lanzarse a la política si cree que puede hacer una diferencia.