Los celos y la celotipia


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Los celos son un sentimiento conocido y experimentado por todos los seres humanos. Se han descrito como la manifestación de la necesidad de pertenencia del ser amado. Algunas personas afirman que no se puede amar sin la posibilidad de poseer celos. Sin embargo, es indudable que éstos, pueden poner fin a una relación.

Dra. Ana Cristina Morales


Los celos y la envidia poseen la afinidad de la expresión de la necesidad de poseer. Quien es celoso tiene miedo a perder lo que considera su posesión. Por lo tanto, es suyo y no desea que nadie se lo quite. El envidioso en cambio, quiere lo que no tiene.

Algo que se aprende en el transcurso de la vida, con el despertar de la conducta madura, es que nadie puede ser dueño de nadie. Que el amor respeta la individualidad del otro, que atiende a sus necesidades, permite la libertad y genera la posibilidad de crecer dentro de una relación de pareja.

Los celos, posiblemente sin llegar a términos delirantes –celotipia– facilitan la aparición de agresión hacia la pareja. La persona trata de controlar cada gesto, cada movimiento, cada expresión de su pareja y no permite que la persona pueda socializar con otras. Con el advenimiento de la telefonía celular, esto ha facilitado nuevas maneras de control. De tal manera, que existen llamadas constantes y superfluas en las cuales la pareja tiene como fin el monitorizar ¿En dónde se encuentra el otro?, ¿Con quién se encuentra?, ¿Qué ha estado realizando? De una manera frenética se pierde el tiempo de ambos, además de limitarse sus libertades.

La baja de estima de una persona, fortalece el aparecimiento de los celos. La persona se compara con otras y se mira desde una posición de minusvalía. Observa a las demás como posibles rivales que poseen atributos codiciables que ella no tiene. Imagina situaciones en las cuales su pareja le puede ser infiel, le desconfía, se tortura con sus propias ideas y sufre hasta el agobio. Se ha descrito en la literatura que los celos conducen de manera más frecuente, a la depresión e ideas suicidas a las mujeres y en los hombres a un comportamiento obsesivo, hostil y agresivo.

Se sugieren como normales a los celos fundamentados en situaciones reales en donde los individuos los reconocen y se ven impelidos a solucionarlos. La celotipia, o celos patológicos: Constituye un delirio, una falsa idea, sin un argumento lógico o prueba de realidad que lo demuestre.

Una persona podrá malgastar su vida tratando de controlar la vida de otra, limitándole su espacio y su libertad, de tal manera que la persona puede estar bajo mil cerrojos, pero esto no le limita a que quien desee ser infiel realmente lo sea. Aún más, esta conducta podría ser una invitación a serlo.

El dramaturgo español Jacinto Benavente apunta: “El que es celoso, no es nunca celoso por lo que ve; con lo que se imagina basta”.