Los buenos se vuelven duros


Aún flota, como fantasma en el aire, el enigma del giro tan espantoso que dio el partido oficial Gana. Espantoso, digo, por la simple razón que Alejandro Giammattei, ex presidenciable de la dicha organización polí­tica cuyo lema era «Los buenos somos más», habí­a jurado que él y su partido no apoyarí­an a partido polí­tico alguno, en virtud de que los dos partidos «finalistas», la UNE y el PP «son enfermos terminales», según sus propias palabras, es decir, que ya tienen su muerte asegurada y anunciada.

Roberto Arias

Pero, el temperamental ex presidenciable de la Gana dio un giro gracioso: Perdonó al Partido Patriota del general Pérez, y se vendió con todo y su «Caudal electoral» (¿), seguramente por la promesa de un buen puesto público, en el supuesto caso de que ganaran las elecciones.

También es extraño que el Partido Patriota (PP) haya aceptado a la Gana dentro de sus filas, habiendo el PP y su máximo dirigente, el general Pérez Molina, desertado de la Gana por motivos «morales», cuando ya estaban en el poder con í“scar Berger. Ahora unidos, tendrán que anunciarse como «Los buenos somos más, con la mano dura» o «Con la mano dura, los buenos somos más».

Sin embargo, es también muy duro para los guatemaltecos, conscientes de la pérdida de valores en el paí­s, que los propios candidatos que aspiran a gobernar a Guatemala, den ejemplos de doble moral y que anuncien con campanas al vuelo que su palabra está incondicionalmente a la venta. ¿Cuál será pues, su verdadera vocación?

Esto es triste para los guatemaltecos que quieren un cambio de fondo en los cimientos y en las estructuras de su Nación; para los guatemaltecos que aún creen que algo pueda cambiar para el bien de su paí­s; para los guatemaltecos que saben o presienten que deben cambiarse las estructuras de los sistemas Judicial, Legislativo y Ejecutivo y, que debe ejecutarse el inicio del cambio con buena fe, con inteligencia y con mentalidad formada y estructurada con disciplina cientí­fica y no con probadas mentiras que desvirtúan a los ofrecimientos fatuos.

La Gana es el partido polí­tico oficial en Guatemala y los resultados están a la vista: El actual presidente de la República, í“scar Berger Perdomo y su familia estuvieron esta semana a dar los campanazos para anunciar el cierre diario de actividades de la Bolsa de valores en Wall Street, Nueva York.

El privilegio de dar las campanadas para cerrar la Bolsa de valores ¿se lo darí­an a Berger por ser el presidente saliente de Guatemala? Hasta donde se sabe, los presidentes salientes de paí­ses en ví­as de desarrollo y del tercer mundo no tienen normalmente per se, ese privilegio. ¿Entonces porqué a í“scar Berger Perdomo?

Puede analizarse perfectamente que la validez de ese privilegio se basa en que la familia Berger tiene colosales inversiones en esa Bolsa de valores, especialmente por las minas de oro y otros «negocios» de sustracción de los recursos naturales de Guatemala, con contratos inmorales para los guatemaltecos.

Es una verdadera pena que el general Otto Pérez Molina y sus partidarios hayan aceptado una alianza negativa con el partido oficial Gana, quien influirí­a tristemente para más o peor de lo mismo. ¡Más de lo mismo con los mismos, no es bueno para darle una oportunidad de cambio a Guatemala!