«Los bomberos nos dejan solos ante el fuego»


Un hombre avisa por teléfono sobre el desastre que ocurre en su casa, luego de que los incendios llegaran a las periferias de Atenas. FOTO LA HORA: AFP LOUISA GOULIAMAKI

Los bomberos «nos dejan solos ante el fuego», acusan los habitantes de las afueras de Atenas, amenazados desde hace tres dí­as por los violentos incendios, que hoy seguí­an activos tras haber llegado la ví­spera a las puertas de la capital griega.


«Llamamos a los bomberos, vienen con un camión, riegan unos árboles y se van. Unos minutos después el fuego se reaviva y nos encontramos solos ante el fuego, tenemos que hacer nosotros el grueso del trabajo», afirma un habitante de Stamatas, un pueblo próximo de Agios Stefanos, a 40 kilómetros al noroeste de Atenas.

Una espesa nube de humo se desprendí­a de los pinares calcinados cercanos a las zonas habitadas y escondí­a parte del sol, pese a las incesantes ráfagas de viento.

Numerosos habitantes de este gran barrio de las afueras de Atenas salieron de sus casas anoche para regar con mangueras de jardinerí­a los arbustos y la hierba de sus parcelas y tratar así­ de impedir que se prendan fuego.

Otros vecinos retiraban con un rastrillo las espesas capas de agujas de pino que cubrí­an sus techos. Decenas de bolsas de basura repletas de estas agujas altamente inflamables esperaban en las aceras de las zonas periféricas de Agios Stefanos que los bomberos las retiraran.

Varias parcelas dispersas en esta zona donde se mezclan los pinos con algunas las viviendas aisladas estaban calcinadas y algunos restos de vehí­culos quemados seguí­an echando humo.

Los fuertes vientos que no han perdido fuerza desde el inicio de los incendios explican la propagación de los fuegos desde los pinos hacia las pequeñas parcelas y jardines que rodean las viviendas, según los bomberos.

Ayer, unos motoristas de la policí­a recorrieron la región de Agios Stefanos, con unos 10 mil habitantes, para pedir a los vecinos que evacuaran la zona, pero sólo algunos de ellos atendieron los consejos.

«Ayer, nuestra casa se salvó, pero el fuego volvió hoy», contaba Theofania Kasimati, una mujer de 53 años, que huyó de su domicilio.

«Habí­a gente circulando con altavoces que nos decí­an que nos fuéramos, entonces hicimos las maletas con algunas cosas, nos llevamos al perro y nos fuimos», precisó.

Frente a las barreras instaladas en las carreteras del perí­metro amenazado, los policí­as impedí­an a los curiosos venidos de Atenas acceder a la zona donde se realizaban las operaciones de rescate.

Pero ayer a última hora, la mayorí­a de los habitantes parecí­a haberse quedado en casa. Algunos no huyeron para tratar de proteger sus bienes de las llamas, otros porque optaron visiblemente por ignorar el peligro, como dos mujeres que disfrutaban de un café en la terraza de su casa, a unos cien metros apenas del pequeño valle donde no quedaban más que cenizas de la pineda de árboles centenarios.

BOMBEROS Lucha contra el fuego


Centenares de bomberos griegos, apoyados por medios aéreos europeos, se esforzaban hoy por controlar los incendios forestales que llevan tres dí­as arrasando la región de Atenas y donde algunos vecinos han tenido que huir de sus viviendas amenazadas por las llamas.

Los bomberos griegos mantení­an durante la mañana la lucha en cuatro frentes en el noreste de ítica, en las regiones habitadas de Marathon, de Nea Makri, de Ekali y de Daou y Pikermi a los pies del monte Pentélicos, última barrera antes de llegar a Atenas, informaron fuentes de los bomberos.

En Daou Penteli se han desplegado grandes medios para tratar de salvar el monasterio histórico de Pantocrator. En Pikermi, cubierto de humo, las llamas acechaban las viviendas pero los habitantes se enfrentaban a la amenaza con sangre frí­a.

«Los fuegos siguen con una intensidad menor a la de los dí­as anteriores», afirmó en conferencia de prensa a última hora de la mañana de hoy el portavoz de los bomberos, Yannis Kapakis.

El fuego fue controlado en la región de Agios Stefanos, al norte de la capital.

Más de 500 hombres, 42 de ellos chipriotas, y 132 vehí­culos fueron movilizados, así­ como un centenar de camiones cisternas de las municipalidades o del ejército. Trecientos soldados también fueron desplegados en las zonas afectadas.

Los bomberos cuentan también con la ayuda de 16 avionetas antiincendios y tres helicópteros, indicó Kapakis.

Tras un llamamiento a la comunidad internacional de Grecia, dos avionetas italianas, una francesa y un helicóptero chipriota participan en las operaciones. Otros tres aparatos franceses se sumarán durante el dí­a a los esfuerzos de los bomberos.

Austria también enviará hoy seis avionetas y un helicóptero antiincendios.

La Protección Civil de Grecia también pidió asistencia al servicio europeo SAFER de respuesta a las emergencias y catástrofes naturales. Este servicio puesto en funcionamiento a principios de año entrega mapas elaborados a partir de imágenes satélites para mostrar la evolución de la situación sobre el terreno y cuantificar los daños.

Otros incendios forestales arrasan Boetia, al noroeste de la capital, en la región de Porto Germanos donde seis helicópteros han sido movilizados, y en la región de Karystos, en el sur de la isla de Eubea (noreste de Atenas), donde estaban desplegados cuatro Canadair.

Un incendio seguí­a activo en dos frentes en la isla de Zante (oeste) y otros dos fuegos están a punto de ser controlados en la isla de Skyros en el mar Egeo y en Achaie (oeste de Peloponesia), añadió Kapakis.

Entre ayer por la mañana y hoy por la mañana, se registraron unos 67 incendios o inicios de incendios en el conjunto del paí­s, declaró.

El trabajo de los bomberos se ve dificultado por los violentos vientos de fuerza 7 en la escala de Beaufort (entre 50 y 60km/h).

Más de 15 mil hectáreas de bosques ardieron desde el sábado por la mañana en ítica, según las autoridades regionales. El delegado del gobierno en Atenas, Yannis Sgouros, deploró en la radio la «indescriptible catástrofe ecológica».

Estos incendios se anuncian como los más graves desde los de agosto de 2007, que dejaron 77 muertos y destruyeron más de 250 mil hectáreas, principalmente en Peloponesia y en la isla de Eubea.

La prensa subrayaba hoy que las autoridades «no habí­a aprendido las lecciones del pasado» y que «no habí­an tomado las medidas elementales de prevención». Eleftherotypia revelaba por ejemplo que «no se crearon los pasillos antifuego, no se limpiaron los bosques y no se arrancaron las malezas».