La ilusión es perfecta: cuatro jóvenes vestidos de traje negro y corbata, zapatos a juego, con el mismo peinado, las mismas guitarras y por supuesto las mismas canciones que enloquecieron a las multitudes 50 años atrás, en la época de la beatlemanía.
Pero tienen una diferencia: en lugar de John, Paul, George y Ringo, estos artistas se llaman Diego, Juan Carlos, Francisco y Heriberto.
Además, la escena no tiene lugar en el Cavern Club de Liverpool ni en Hamburgo, sino en las riberas del río Potomac, en la periferia de Washington, donde los héroes del momento no son británicos sino originarios de Puerto Rico.
«The Jukebox», una banda que revive la magia de los fantásticos cuatro, fue uno de los 50 grupos que se presentaron en el festival «Abbey Road on the River» durante el fin de semana largo por el feriado del lunes.
El evento, presentado como «el mayor festival de música del mundo inspirado en los Beatles», atrajo bandas de todo el mundo, como «Lucy in the Sky» de Alemania y «The Norwegian Beatles», de Noruega, «probablemente el más nórdico de los grupos que rinden tributo a los Beatles».
Medio siglo después de sus inicios, los cuatro de Liverpool siguen inspirando a nuevas generaciones de seguidores.
Pero aparte de la música que las reúne, las agrupaciones de imitadores adoptan formatos muy diferentes: desde Jimmy Pou, un hombre-orquesta especializado en el repertorio de George Harrison, hasta los «Newbees», una gran banda que comprende violinistas, violonchelistas y un solista.
No todos se visten como los Beatles ni necesariamente limitan su música a la de los «Fab Four».
Vistos de cerca, los cuatro «Beatles» puertorriqueños, que rondan los 40 años, no tienen la juventud de sus héroes en la época de la beatlemanía… aunque aún no habían nacido cuando la legendaria banda se separó. No obstante consiguen cautivar a su público al cantar en un perfecto inglés un éxito tras otro, ante una deleitada multitud que tampoco está formada por gente demasiado joven.
«Intentamos parecernos a ellos pero no pretendemos ser ellos», dijo a AFP Francisco Cairol, guitarrista de Jukebox y quien hace el papel de George Harrison en el escenario.
Su objetivo es simplemente compartir un buen rato con el público: «La gente baila y está contenta, es un sentimiento fantástico».
Los cuatro músicos puertorriqueños viven de la imitación de sus ídolos, prosigue Francisco, de 38 años, quien precisa que el grupo ha tocado en varios países e incluso en el mítico Cavern Club. En abril fueron teloneros de un concierto de Paul McCartney en Puerto Rico.
Hace nueve años, los cuatro músicos puertorriqueños dejaron de lado los «hits» latinos para lanzarse a esta aventura. Ahora tienen un repertorio de 60 canciones de los fantásticos cuatro y cambian de vestuario de acuerdo al período de los Beatles que eligen tocar en cada concierto.
«Si vamos a tocar canciones más tardías, nos dejamos un poco la barba», explica el falso George.
En el festival en National Harbor, Maryland, los fans hallan de todo para saciar su nostalgia: un puesto vende desde trajes de escenario -incluso los trajes grises de «Hard Day»s Night», por 370 dólares-, hasta una réplica del bombo usado para Sgt Pepper»s Lonely Heart Club Band, por 275 dólares.
David, que vende camisetas, no teme en lo absoluto que se negocio acabe: «La música de los Beatles vivirá eternamente y los productos durarán por siempre».
«Abbey Road on the River» reúne anualmente, desde hace ocho años, a unos 30.000 espectadores. El festival en tributo a los Beatles se celebró en Cleveland, Ohio (noreste) y luego en Luisville, Kentucky (sur), pero este año hizo su estreno en Washington.