Los anhelos de Colom Argueta


Por sus ejecutorias, su carisma y su entrega al servicio del pueblo de Guatemala, recordamos, el pasado 22 de marzo, los 29 años del vil asesinato cometido contra el destacado dirigente de izquierda guatemalteca, Manuel Colom Argueta, quien, después de sus brillantes iniciativas como Alcalde capitalino (1970-1974), se perfilaba como un lí­der nacional, rumbo a la Presidencia de la República.

Ernesto Sitamul

SUS CAROS ANHELOS, sus sueños, se vieron truncados porque la dictadura militar de aquella época no toleraba la inteligencia en expresiones polí­ticas de oposición. Era pecado de muerte pensar y opinar a favor de los más necesitados, porque para las mentes oscuras y cerradas del régimen y sus cómplices, eso era comunismo, y habí­a que aniquilarlo.

Manuel Colom Argueta nació en la ciudad de Guatemala el 8 de abril de 1932. Se graduó de bachiller en el glorioso Instituto Central para Varones, cuyo edificio es hoy sí­mbolo del Centro Histórico capitalino. Ingresó en la Facultad de Derecho de la Universidad de San Carlos en 1950, donde tuvo una brillante carrera, no sólo como estudiante, sino como dirigente polí­tico en la Asociación de Estudiantes El Derecho.

LA PERSECUCIí“N, los atentados, la muerte o el exilio, fueron signos de esa larga noche de dictaduras militares, con la careta de dos partidos polí­ticos, felizmente ya fallecidos. En este clima de permanente inseguridad, Colom Argueta fue apresado el 25 de enero de 1963, ya en las postrimerí­as del gobierno de Ydí­goras Fuentes.

Y, una vez que obtuvo su libertad, salió al exilio hacia la hermana república de El Salvador debido a las reiteradas amenazas contra su vida. Sin embargo, en su corazón y en su espí­ritu estaba latente el sentimiento de solidaridad y fraternidad con su pueblo. Mientras aumentaba la represión estatal contra el movimiento social, crecí­a también su liderazgo y su popularidad, no sólo en los sectores populares, sino en la Universidad de San Carlos de Guatemala. Aquí­, se convirtió en miembro prominente del Consejo Superior Universitario.

CON LA BANDERA del comité cí­vico Unidad Revolucionaria Democrática (URD), Manuel ganó ampliamente la alcaldí­a de la ciudad de Guatemala, en las elecciones de 1970, confirmando su carisma de dirigente polí­tico, el cual ya se percibí­a con alcances en el plano nacional, con la talla de un potencial candidato presidencial.

De esta gestión hay legados importantes como la reorganización del aparato administrativo en el Palacio de la Loba, que puso al servicio de la población, resaltando su impulso a la cultura, y el ordenamiento urbano y territorial, de cuyo plan data lo que hoy existe del Anillo Periférico. Los alcances de su administración habrí­an sido más fecundos si no hubiera existido el bloqueo del gobierno central, encabezado por el general Arana Osorio, y por la falta de visión y continuidad en los gobiernos ediles posteriores.

CON EL SELLO DE su mandato edilicio y su fuerza como lí­der polí­tico, Colom Argueta fortaleció la autonomí­a municipal al promover la organización de la Asociación Nacional de Municipalidades (ANAM), de la que serí­a su primer presidente.

En este contexto Guatemala llegó a las elecciones generales de 1974, en las que se formó el Frente Nacional de Oposición, con liderazgos destacados como los de Colom Argueta y Alberto Fuentes Mohr, con el propósito de cambiar el rumbo de la historia de represión, sangre y muerte, que padecí­a el paí­s. Pero no fue posible. Esos anhelos quedaron sepultados por el fraude que cometió el Registro Electoral, burlando la ley y la voluntad de los electores, que se habí­a inclinado por la propuesta de los sectores populares.

COLOM ARGUETA defendió la victoria, y continuó la lucha polí­tica hasta alcanzar la inscripción de su partido, Frente Unido de la Revolución (FUR), pero las fuerzas represivas del gobierno de Lucas Garcí­a, lo acribillaron siete dí­as después, en el interior de su vehí­culo, en la zona 9.

Al recordar con respeto y admiración a este extinto lí­der polí­tico, también rindo tributo a otros connotados lí­deres que fueron abatidos, como Manuel, por la causa de Guatemala, entre otros, Adolfo Mijangos López, Rolando Andrade Peña, Jorge Jiménez Cajas, Abel Lemus, Humberto González Gamarra, Marco Tulio Collado, Gabriel Rosales y Carlos Diéguez Andrino.