En el año 2008 fuimos sorprendidos por la alarmante noticia de que los “ahorros†del Congreso de la República, para entonces más de 80 millones de quetzales, habían sido perdidos tras ser invertidos en la casa de bolsa Mercado de Futuros (MDF), hecho que derivó en un posterior proceso penal, en contra de quienes realizaron esas inversiones de alto riesgo, incluyendo al entonces presidente del Congreso, Eduardo Meyer, proceso que aún permanece abierto a más de tres años de la pérdida del dinero.
Luego de la sorpresa por el desfalco, la siguiente interrogante de aquel entonces fue el porqué de la existencia de los “ahorros†del Congreso de la República, ahorros que no deberían de existir, pues si partimos de la base de lo que establece nuestra Constitución en su artículo 237, párrafo primero “El Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado , aprobado para cada ejercicio fiscal, de conformidad con lo establecido en esta Constitución, incluirá la estimación de todos los ingresos a obtener y los gastos a realizarâ€, esa estimación debería de ser prudente, acorde y en consecuencia muy similar en los números de ingresos y egresos, lo cual lógicamente impediría la existencia de excedentes que pudieran transformarse en ahorros. Es decir que si entendemos que un presupuesto es una estimación o cálculo de lo que ingresará y de lo que se gastará y que la diferencia entre uno y otro rubro se transformará en déficit, si no alcanza o en parte del fondo común del Gobierno, en caso no se ejecuta y sobra, pues queda muy poco margen para pensar en que dichos ahorros no obedecen más que a un mal cálculo presupuestario o a una pésima ejecución de lo presupuestado, pensamientos que sin duda alimentaron en aquel entonces y sobre todo ante la revelación de tales hechos, la esperanza de que dicha situación no podría volver a suceder. Sin embargo, el diario Siglo 21 hizo público en su edición del día de ayer que los ahorros del Congreso de la República volvieron a alcanzar la suma de 82 millones de quetzales, según declaraciones que brindó el presidente actual del Congreso de la República, Roberto Alejos, a dicho matutino y quien explicó que la suma se compone de 70 millones que se han recuperado (sin establecer de dónde) y ahorros en viáticos y otros gastos que según la nota, ahora son depositados en el Banco de Guatemala.
Al parecer, el Presidente del Congreso de la Republica y obviamente sus demás compañeros en el hemiciclo, no terminan de entender que el problema es la existencia misma de los “ahorros†y no si juegan en un casino con ellos o los dejan depositados en la reserva federal de Estados Unidos y que en tanto sigan en la creencia de que pueden existir ahorros de entidades públicas que puedan ser objeto de inversión y rendimientos. Nosotros, los que pagamos impuestos, tendremos derecho a pensar que no se hace un presupuesto con bases reales, pragmáticas y acordes a nuestra realidad, lo cual perjudica la credibilidad del Estado.