Durante las últimas semanas he estado observando en los medios escritos, que el tema de los adolescentes, en diversos sentidos, ha ocupado bastante espacio. Dependiendo del «status «socio-económico, así es el tipo de noticia que aparece en los medios. Han hablado bastante acerca de los embarazos en las niñas adolescentes de las áreas rurales y de los barrios más pobres, que al encontrarse en esa «situación interesante» como dicen, ya entran a un círculo vicioso de continuidad de su pobreza de la que probablemente no saldrán. En relación a los adolescentes que son enrolados en las MARAS, pregunto ¿qué pasó con la familia? ¿Qué les ofrecieron las maras en sustitución? Cuando el adolescente grita a sus padres ¡los odio! ¡Salgan de mi vida! ¿Será que eso es realmente lo que quiere decir? ¿Qué piensan los padres cuando ven en las noticias que en un accidente de carros, están involucrados adolescentes? ¿Cuál fue la causa? Los maestros en la actualidad, en la escuela secundaria tienen que tener estrategias para trabajar con los adolescentes, tal y como lo sabemos los maestros de antes. Las fotos de los adolescentes, alegres en fiestas en la Zona Viva de la Capital, dan un mensaje de cómo es la persona en esta etapa de su vida. Lo cierto es que la adolescencia, de 13 a 19 años de edad es una isla, no se es niño ni se es adulto. Entonces ¿qué se es? Aquí precisamente radica el conflicto, el mismo adolescente no sabe qué identidad tiene ni hacia a dónde va. La mayor parte de personas que tienen contacto con adolescentes tampoco saben cómo tratarlos y no saben por qué se comportan en determinada forma. En un momento son muy llevaderos y al minuto siguiente son un «volcán» que saca humo y lava alcanzando a todos a su alrededor. Para que entendamos mejor la época de la adolescencia, tenemos que saber más acerca del lóbulo frontal del cerebro y sus características, en especial las «funciones ejecutivas» del prefrontal. Alrededor de los 13 años de edad, el cerebro produce un aumento significativo de neuronas, similar al período de los primeros meses de vida de un bebé. Eso significa que un adolescente tiene control sobre lo que quiere aprender, por lo tanto decide cuáles neuronas viven y cuáles mueren (use them or loose them). Esto implica que los adolescentes pueden tener un aprendizaje pensante, reflexionar sobre su propio proceso de aprendizaje. Por esta razón el prefrontal y frontal juegan un papel esencial permitiendo: a. Anticipar las consecuencias de nuestras acciones. b. Desarrollar planes y metas. c. Trabajar hacia el cumplimiento de metas. d. Controlar y balancear nuestras emociones y e. Mantener un sentido de nosotros mismos como participante activo en nuestro constante progreso, ahora y en el futuro. El sistema pensante de aprendizaje, la reflexión, la metacognición de la sección prefrontal, produce una función ejecutiva que ayuda a la persona a ordenarse y controlarse. Es durante la adolescencia que la sección prefrontal se encuentra en un estado fluctuante de desarrollo, de tal forma que el joven no sabe cómo es ni cuál es su identidad. Algunas de las características de las funciones ejecutivas del prefrontal son: Organizarse, mantener un horario, motivarse, mantenerse en una tarea, tener pensamiento crítico, planificar, usar las habilidades de jerarquía de pensamiento, resolver problemas, tomar decisiones y las comunicaciones orales por medio del área de Broca y el «motor strip», parte del lóbulo frontal, la parte encargada del control del movimiento voluntario del adolescente. Sin embargo, las neuronas en el lóbulo frontal son las últimas en madurar y las últimas en ser cubiertas por la mielina. Esto tiene que afectar en el crecimiento a los adolescentes, es por eso que, en esta etapa, todavía están decidiendo qué neuronas van a guardar y cuáles van a desechar, en otras palabras, cuáles van a ser cubiertas por la mielina, salvadas por la práctica que ayuda a procesar con más rapidez la información y por lo tanto la toma de decisiones, por ejemplo. Los adolescentes están en un período de búsqueda de su propia identidad. ¿Quién soy? ¿Qué expectativas tengo? Es aquí donde se «traba» en la búsqueda, en Guatemala. Sin tener las cualidades de control del prefrontal que vimos anteriormente, las funciones cognoscitivas fallan en producir los patrones de pensar y actuar en forma necesaria para vivir exitosamente. Por eso tenemos una sociedad con una parte de su población que proviene de hogares, familias rotas y cuyos hijos se unen a las maras para cometer crímenes violentos y consumir drogas. En otros niveles el desarrollo de la sección prefrontal es precario, porque no es atendido correctamente también. Hoy día tenemos una sociedad disfuncional porque los adultos no entendemos cómo es esta etapa en los adolescentes y no buscamos cómo comunicarnos con ellos durante este tiempo de búsqueda de su propia identidad y de su papel individual en el futuro. Padres de familia y maestros tenemos que entender lo que hace funcionar al adolescente. ¡Es un trabajo que vale la pena!