Los 49ers, un visitante que puede triunfar


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A nadie le sorprendió que tres equipos visitantes lograran victorias en la primera ronda de los playoffs de la NFL. Pero ahora dos de esos ganadores, los Saints y Chargers, nadan contra corriente, porque jugarán afuera.

Por BARRY WILNER NUEVA YORK / Agencia AP

La historia reciente señala que la condición de local es importante en los cuatro partidos de la segunda fase. En los dos últimos años hubo una sola victoria del visitante. Al mismo tiempo, solo dos veces desde el 2002, en que se empezó a usar el actual formato, hubo barridas de los cuatro dueños de casa.

Estas estadísticas hacen pensar que es posible que uno o dos equipos visitantes puedan ganar. Y creemos que sabemos cuál puede ser uno de ellos: los resucitados 49ers (13-4).

«No hay nada que te haga sentir más hombre que ir y ganarle no solo al rival, sino a la multitud y también a las inclemencias del tiempo en un partido de playoff», comentó el técnico Jim Harbaugh, cuyos 49ers derrotaron en la última jugada a Green Bay en el arranque de los playoffs y son favoritos por dos puntos para superar a Carolina el domingo, de visitantes.

Los Panthers (12-4) lograron una de sus triunfos más impactantes en mucho tiempo cuando doblegaron a San Francisco 10-9 el 10 de noviembre. Ninguno de los bandos se ha olvidado de esa batalla defensiva, en la que los 49ers perdieron a Vernon David y al safety novato Eric Reid, ambos con conmociones cerebrales.

El receptor Michael Crabtree, por otro lado, se recuperaba de la rotura de un tendón de Aquiles. Pero está de vuelta. Lo mismo que Davis y Reid.

«Somos más peligrosos ahora», aseguró Harbaugh. «Michael no estuvo en ese partido y Vernon quedó afuera temprano».

En otros duelos:

—Nueva Orleáns en Seattle, el sábado.

Ahora que ganaron por primera vez afuera en los playoffs, los Saints (12-5) podrían iniciar una racha en Nueva Orleáns. Primero, no obstante, deberán borrar de sus mentes la paliza 34-7 que sufrieron a manos de los Seahawks el 2 de diciembre en el CenturyLink Field.

Es cierto que los Seahwaks perdieron su invencibilidad de locales al caer ante Arizona hace tres semanas. Muchos dicen que esa fue una derrota con consecuencias imprevisibles, pero nosotros pensamos que, por el contrario, le vino bien a los Seahawks (13-3) comprobar que no son imbatibles. No sufrirán nuevos tropiezos, aunque esto no será un paseo, como el otro partido con Nueva Orleáns.

—Indianápolis en Nueva Inglaterra, el sábado.

Las estadísticas no lo reflejan, pero la realidad es que Tom Brady tuvo otro año espectacular.

A pesar de tener un grupo de receptores totalmente nuevo, la mayoría de ellos sin experiencia, y de no contar con sus blancos favoritos, Wes Welker (firmó con Denver) y Rob Gronkowski (lesionado), los Patriots terminaron 12-4 de la mano de su mariscal y ganaron otra vez la división Este de la Conferencia Americana.

Del otro lado estará Andrew Luck, que tiene la misma estampa ganadora de Brady. Luck encabezó una remontada impresionante el fin de semana pasado, en que los Colts dieron vuelta un partido que perdían por 28 puntos contra Kansas City. Está en su segunda temporada como profesional.

En su segundo año, Brady ganó un Super Bowl.

Si Luck y los Colts (12-5) quieren coronarse campeones, no podrán tener otra partida en falso. Y si sacan ventajas, deberán encontrar la forma de frenar a un Brady que se especializa en ganar partidos que su equipo está perdiendo.

—San Diego en Denver

El último partido de visitante de San Diego en la temporada regular fue una victoria sobre Denver (13-3) un jueves por la noche. Fue un triunfo clave que le permitió a los Chargers (10-7) no solo colarse en los playoffs como comodín sino doblegar a los Chiefs en Cincinnati.

Para seguir con vida deberán buscar la forma de retener el balón, para que no caiga en manos de Peyton Manning, líder de un ataque que ha batido récords. Hará falta además un gran desempeño de la defensa, que en el último mes ha mejorado su rendimiento.

No le vendría mal a los Chargers otro descalabro de los Broncos hacia el final del partido, como el sufrido ante Baltimore el año pasado.