Es evidente que la batalla de opinión pública en lo relativo al Plan de los Cien Días la perdió el gobierno de Colom, en vista que «los avances» en las áreas sociales, en las que se comprometió trabajar prioritariamente, no los percibe la población, principalmente en los temas de seguridad y combate a la pobreza, cuyos flagelos tienden a agudizarse aún más por la inflación importada de Estados Unidos, la crisis del petróleo y la inflación producida localmente con la intervención del Banco Central en el tipo de cambio, para favorecer a los agroexportadores en detrimento de los consumidores.
En la medida que el plazo fatal de los cien días llegaba a su fin, las críticas y acciones de fiscalización a dicho plan arreciaron, al punto que el presidente Colom ordenó a sus ministros no referirse al mismo públicamente. En el Congreso de la República, la bancada Patriota inició un ejercicio de fiscalización preciso que irritó al partido oficial, arrinconando literalmente a varios de sus ministros, entre estos el titular de Agricultura que será interpelado por el desprecio que mostró a la rendición de cuentas solicitada por los parlamentarios.
La bancada del general Otto Pérez Molina prepara un voluminoso informe que dará a conocer a la opinión pública, en el cual escudriña cada una de las acciones emprendidas por el Ejecutivo y que cuestiona lo asegurado por el presidente Colom, quien no obstante la avalancha de críticas vertidas por los distintos actores nacionales en lo relativo a los logros de su Plan de los Cien Días, reiteraba ayer mismo su satisfacción por lo alcanzado, que según él supera las expectativas.
El presidente Colom convocó ayer a los medios de comunicación nacionales e internacionales para dar a conocer a la opinión pública los logros que por espacio de una hora y media enumeró, justificando en buena medida los obstáculos que ha encontrado su gestión en estos primeros cien días de gobierno a la deuda millonaria que el gobierno de Berger le heredó.
Colom restó importancia a las críticas vertidas por distintos sectores nacionales y anunció la creación de más burocracia para fortalecer la agenda social de su gobierno. Anunció la creación del Ministerio de Familia que requiere la aprobación del Congreso de la República y la Secretaría de Cohesión Social que en este momento coordina su esposa, Sandra de Colom, cuya gestión también fustiga la oposición.
En uno de los temas más sensibles para la población, la seguridad ciudadana, Colom enumeró una serie de medidas administrativas, como la adquisición de más equipo, armamento, radiopatrullas, despidos de policías, etcétera, pero ningún cambio estructural a lo interno de la Policía Nacional Civil, pese a las claras evidencias de que el crimen organizado está incrustado en la institución.
El mandatario se quejó también del trabajo de fiscalización que realiza el Congreso de la República. En el Legislativo sólo la bancada patriota ejerció ese derecho constitucional en el tema del Plan de los Cien Días, que el gobernante replicó, no se trataba de una lista de supermercado, sino de varias acciones en materia de seguridad, inversión, desarrollo rural que marcará el rumbo del país.
En ese sentido, solo la bancada patriota lanzó severas críticas al informe del presidente Colom y para este día tiene previsto fijar su posición a los guatemaltecos sobre la gestión del mandatario, que según observadores políticos, se puso la soga al cuello fijando plazos para resolver algunos problemas sociales que son ancestrales, de carácter estructural que ni este, ni el próximo gobierno podrán resolver.