Logran TLC


Rechazo. Activistas sociales de Corea del Sur se manifestaron en Seúl contra el TLC con Estados Unidos.

Estados Unidos y Corea del Sur concluyeron a contrarreloj en Seúl un gigantesco acuerdo de libre comercio que elimina las tarifas de miles de productos de ambos paí­ses, pese a la feroz oposición de campesinos, obreros y activistas surcoreanos.


Un fracaso del TLC con Corea del Sur hubiera sido una mala señal para los acuerdos comerciales ya concluidos por Estados Unidos con Colombia, Panamá y Perú, que aguardan la aprobación del Congreso de mayorí­a demócrata, y para las negociaciones de la «ronda de Doha» para liberalizar el comercio mundial.

El acuerdo, el más importante concluido por Washington desde la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con México y Canadá en 1993, «es beneficioso tanto para Estados Unidos como para Corea del Sur», aseguró Karan Bhatia, adjunta de la representante estadounidense de Comercio (USTR), durante una conferencia de prensa en Seúl.

«Ambos ganamos», afirmó el ministro de Comercio surcoreano, Kim Hyun-Chong, tras lograr excluir a último minuto el barato arroz estadounidense del TLC.

Desde el inicio de las negociaciones, hace 10 meses, el acuerdo era criticado por decenas de miles de campesinos y otros trabajadores surcoreanos que temen perder sus empleos, así­ como por activistas opuestos a la liberalización comercial.

Uno de estos activistas se inmoló el domingo durante una protesta contra el TLC en Seúl y se halla internado en estado grave.

Las negociaciones debí­an culminar el viernes, pero la fecha lí­mite fue aplazada en dos oportunidades a raí­z de diferendos persistentes sobre el arroz, los automóviles y la carne.

Según sus defensores, el acuerdo permitirá aumentar en unos 15.000 millones de dólares los intercambios entre Estados Unidos y Corea del Sur, que se cifraron en 74.000 millones de dólares el año pasado.

El tratado es el primero de su tipo entre Estados Unidos y una importante economí­a asiática. Corea del Sur, séptimo socio comercial de Estados Unidos, es la onceava potencia económica mundial y la tercera de Asia.

El presidente estadounidense, George W. Bush, aseguró que el acuerdo «generará oportunidades de exportación para los granjeros, ganaderos, manufactureros y prestadores de servicios estadounidenses».

También «promoverá el crecimiento económico y la creación de empleos mejor pagados en Estados Unidos, y ayudará a los consumidores», dijo Bush en una carta dirigida a los lí­deres del Senado y de la Cámara de Representantes.

El presidente se mostró determinado a trabajar para que el Congreso apruebe el acuerdo lo más rápido posible, un desenlace que no está garantizado.

El acuerdo fue logrado minutos antes de la medianoche del domingo, plazo máximo para informar al Congreso estadounidense de los acuerdos comerciales que Bush piensa firmar en el marco de los poderes de negociación especiales que le otorgó la ley de Autoridad de Promoción Comercial (TPA).

Esta autoridad, conocida anteriormente como «fast track» («ví­a rápida»), permite al presidente George W. Bush negociar acuerdos que el Congreso sólo puede aprobar o rechazar, sin lugar a enmiendas, y expira el 1 de julio.

El TLC con Seúl prevé la eliminación inmediata de cerca del 90% de los derechos de aduana sobre los productos industriales, mientras que el resto serí­a suprimido en un plazo máximo de 15 años.

Estados Unidos espera que el acuerdo reduzca su déficit comercial con Seúl, que ascendió a 16.000 millones de dólares en 2005.

Más del 80% del déficit proviene del sector automotor. Corea del Sur aceptó modificar sus barreras aduaneras basadas en la potencia de los motores, lo cual encarecí­a a los vehí­culos estadounidenses.

Si bien el arroz quedó fuera del acuerdo, Estados Unidos logró a cambio abrir las fronteras surcoreanas a su carne. Seúl prometió eliminar su impuesto aduanero de 40% a la carne estadounidense en un plazo de 15 años. Las tarifas sobre la carne de cerdo serán disminuidas a 10 años.