Los cuatro Grandes Premios disputados hasta la fecha en la temporada de la Fórmula Uno se han teñido de un solo color, aunque pilotos de la talla de Fernando Alonso o el vigente campeón Sebastian Vettel esperan alterar el monocroma este fin de semana en el circuito de Montmeló, en Barcelona, donde el español se subió a lo alto del podio por última vez con la escudería Ferrari.
Pero el actual color reinante no es el azul brillante de la escudería Red Bull, campeona las cuatro últimas temporadas por vía del alemán Vettel, sino el plateado de la pujante Mercedes, con el británico Lewis Hamilton, ex campeón, y el también alemán Nico Rosberg a la cabeza.
Ambos se han repartido los dos primeros lugares del podio hasta la fecha. El alemán, victorioso en el primer Gran Premio de Australia, quedó solo por detrás de Hamilton en los tres siguientes: Malasia, Bahrein y China. Pero es Rosberg quien lidera el Mundial con 79 puntos, cuatro más de los que acumula su compañero de equipo, al no haber conseguido puntuar en la cita inaugural.
Ninguno se ha subido previamente a lo alto del cajón en Barcelona, aunque en la pasada edición marcaron los mejores tiempos en la clasificación y han establecido el poder de Mercedes en las cronos del presente curso, repartiéndose todas las «pole positions» hasta el momento.
Alonso, que vuelve a correr en casa, figura distante tercero en el Mundial con 41 unidades pero viene de firmar su mejor resultado, un tercer lugar en China, justo después de que la escudería del «Cavallino Rampante» cambiara de jefe de filas, relevando a Stefano Domenicali por el debutante Marco Mattiacci.
Tras tres semanas de parón, el Circuit de Barcelona-Catalunya se antoja una buena ocasión para medir la evolución de Ferrari bajo su nuevo timonel. Barcelona tradicionalmente marca el arranque de la «segunda temporada» de la Fórmula Uno, con siete de los próximos ocho grandes premios transcurriendo en terreno europeo.
El variado trazo del circuito, quizás el más completo de la parrilla, permite valorar con relativa fidelidad las prestaciones de los monoplazas a estas alturas del campeonato; y en Red Bull esperan experimentar una notable reacción de su bólido con la instalación de un nuevo chasis que permita a Vettel, clasificado quinto con 33 puntos, empezar a escalar puestos con vistas a defender su corona.
El cambio esta temporada a un motor V6 ha resultado frustrante para el equipo austriaco, que básicamente se resignó a principio de temporada a no competir por la victoria en las cuatro primera carreras, pero espera comenzar su repunte en Barcelona.
Puede que uno de los principales obstáculos del cuatro veces campeón Vettel se encuentre en su propio box, pues el joven Daniel Ricciardo, de Australia le sigue los talones con 24 puntos, y lo ha superado en las últimas dos carreras.
Por encima de ambos marcha el también alemán Nico Hulkenberg (36), de la pujante Force India, donde intenta abrirse paso el mexicano Sergio «Checo» Pérez tras su nefasta campaña pasada en filas de McLaren.
Pérez figura décimo en el campeonato con 18 puntos, justo por debajo del británico Jenson Button y el danés Kevin Magnussen, los pilotos de la escudería de Woking. El mexicano, que en 2013 acabó en noveno lugar en Barcelona, firmó un meritorio tercer puesto en Bahrein tras no puntuar en Malasia y espera confirmar su trayectoria ascendente con mejoras en su monoplaza.
«Tenemos que entender mejor el auto y no podemos estancarnos o malgastar oportunidades como en Malasia, donde dejamos puntos por un problema con el software», dijo el jueves Pérez, quien considera que Red Bull cuenta con el mejor bólido. «Creo que, junto con Ferrari, se acercarán pronto a Mercedes», pronosticó.
Lejos, en el 17mo lugar, queda su compatriota Esteban Gutiérrez, cuyo Sauber ofrece reducidas prestaciones en su segundo año con la escudería suiza.
Tampoco ha puntuado aún el venezolano Pastor Maldonado tras cambiar Williams por Lotus, pero el oriundo de Maracay al menos guarda un grato recuerdo del trazado catalán, donde logró su único triunfo hasta la fecha en la Fórmula Uno. Fue hace dos ediciones y sin celebración completa, por el incendio que prendió tras la carrera en el box del equipo británico.