Lobo se declara ganador en Honduras; para Zelaya la elección fue «mentira»


Simpatizantes de

El derechista Porfirio Lobo se declaró ganador ayer en Honduras y prometió un gobierno de unidad nacional, en unos comicios considerados «una mentira» por el depuesto Manuel Zelaya y solo reconocidos por parte de la comunidad internacional.


Porfirio El presidente electo de Honduras, Porfirio Lobo (C), celebró anoche con sus simpatizantes en las calles de Tegucigalpa, luego de que los primeros conteos le daban una cómoda ventaja. FOTO LA HORA: AFP ORLANDO SIERRA

«Hoy Honduras ha decidido su propio futuro para terminar de una vez por todas con la crisis que tanto nos ha afectado y que tanto daño ha hecho a los más necesitados», dijo Lobo, del Partido Nacional (PN, derecha), en un hotel de la capital ante decenas de seguidores.

Lobo ofreció una «mano abierta franca y sincera para formar un gobierno de unidad nacional, de reconciliación». «No es tiempo ya de más divisiones, es hora de sumar y multiplicar, dejemos atrás las diferencias, vamos adelante todos juntos por Honduras», dijo.

Según datos parciales del Tribunal Supremo Electoral (TSE), en su segundo intento por llegar a la presidencia Lobo obtení­a 55,9% de los votos escrutados, frente a 38,6% de su rival, Elvin Santos, del Partido Liberal (PL, derecha), que reconoció su derrota.

Lobo deberí­a asumir el 27 de enero, con el desafí­o de sanar la fractura de la sociedad hondureña –dividida desde el golpe de Estado que depuso a Zelaya hace cinco meses– y reinsertar a Honduras en la comunidad internacional, en parte reacia a reconocer los comicios.

El TSE dijo que la participación fue de 61,3% (casi 10 puntos más que en 2005). Así­, el gran perdedor de estos comicios ha sido Zelaya, quien habí­a pedido a los hondureños que no acudieran a votar para no legitimar el golpe de Estado.

Zelaya denunció que el régimen de facto «infló» los resultados de la elección para «convertirla en una mentira para los hondureños», en declaraciones desde la embajada de Brasil donde se refugia desde hace dos meses.

Para el analista Efraí­n Dí­az Arrivillaga «el contexto no es el más adecuado, pero la decisión de los hondureños debe ser respetada», según dijo a la AFP.

«Nos permite abrir las puertas, el inicio de un nuevo proceso que puede ir con un nuevo gobierno», agregó.

Según Lobo, las adhesiones están empezando a llegar. Estados Unidos, Alemania, Colombia, Costa Rica, México, Panamá, Japón, Italia, Suiza, Indonesia, Emiratos írabes Unidos y Francia han «expresado que van a aceptar nuestro proceso», dijo.

En cambio, Argentina, Brasil, Venezuela, Nicaragua, Guatemala y Uruguay han dicho que no reconocerán los comicios realizados bajo el gobierno de facto de Roberto Micheletti.

La Unión Europea (UE) no se ha pronunciado aún sobre estas elecciones.

Desde Washington, el gobierno estadounidense se precipitó a reconocer como «un paso adelante necesario e importante» los comicios para resolver la crisis polí­tica, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Ian Kelly.

El presidente venezolano, Hugo Chávez, tildó de «farsa electoral» los comicios hondureños, al igual que lo ha hecho la «Resistencia contra el Golpe», un conglomerado de medio centenar de sindicatos y movimientos sociales y estudiantiles fieles a Zelaya.

La jornada fue tranquila, aunque hubo incidentes cuando la policí­a reprimió una manifestación de unos 500 miembros de la Resistencia contra el Golpe, en San Pedro Sula (norte), en la que hubo algunos heridos, entre ellos un camarógrafo de la prensa internacional.

Según el Centro la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), 48 opositores al golpe de Estado fueron detenidos en San Pedro Sula (norte), aunque fueron liberados horas después.

Unos 30.000 soldados, policí­as y reservistas garantizaron la seguridad de estos comicios en que los hondureños también eligieron tres vicepresidentes, 128 diputados y los representantes de 298 gobiernos locales.

SEMBLANZA Pepe Lobo


Tras flirtear con el comunismo en su juventud, Porfirio Lobo Sosa, más conocido como «Pepe» Lobo, se declaró ganador de las elecciones presidenciales de ayer en Honduras, marcadas por el llamado al boicot del depuesto mandatario Manuel Zelaya.

Simpático, afable y de sonrisa fácil, de 61 años muy bien llevados, Lobo, del Partido Nacional (PN, derecha), necesitará mucho más que carisma para conciliar a una sociedad dividida tras el golpe de Estado que depuso a su paisano Manuel Zelaya del poder y azotada cruelmente por la crisis económica.

También tendrá que convencer a los paí­ses que rechazaron los comicios del domingo, celebrados bajo el gobierno de facto, para que vuelvan a insertar a Honduras en la comunidad de naciones democráticas de la que fue expulsada después del golpe del 28 de junio.

Hijo de una rica familia de la oligarquí­a de Olancho -igual que Zelaya-, muy influyente en esa zona, está muy vinculado a la tierra. No en vano es uno de los mayores productores de maí­z, soya y sorgo del paí­s.

Pero el gusanillo de la polí­tica le entró de muy joven. Su paso por la Universidad Patricio Lumumba de Moscú, en los años 80, le valió la apelación de «izquierdista» en su juventud, pero de lo que pocos tienen dudas es que ahora milita en el partido más de derecha de Honduras.

«Es gente que proviene de esta polí­tica tradicionalmente caudillista, más que de cualquier otra cosa», dijo a la AFP el analista polí­tico Efraí­n Dí­az Arrivillaga.

Pese a que también estudió en Estados Unidos, la derecha ultramontana hondureña ve con recelo su pasado izquierdista y lo considera como la segunda opción del presidente venezolano, Hugo Chávez, en el paí­s, después de haber flirteado con Zelaya.

De hecho, la estrategia de su más directo rival polí­tico, Elvin Santos, del Partido Liberal (PL, derecha) ha sido vincularle con Zelaya y con Chávez, dos personajes que cotizan a la baja en Honduras.

Tampoco ha dicho si retirará a Honduras de la Alianza Bolivariana de las Américas (ALBA), que suscribió Zelaya.

Diputado desde 1990 y presidente del Congreso durante el gobierno de Ricardo Maduro (2002-2006), fue candidato presidencial del PN en las elecciones pasadas que perdió por 73.000 votos con Zelaya, cuya destitución aprobó y defendió como la mayorí­a de la clase polí­tica.

Su propuesta de introducir la pena de muerte y de luchar con mano dura contra la delincuencia le costó entonces la presidencia, según los analistas.

Cuando asuma el gobierno el 27 de enero, planea formar un gobierno de unidad nacional para centrarse en tres pilares: trabajo, con la creación de seguridad laboral e inversión en capital humano; seguridad, apostando por la gobernabilidad y la democracia y defensa de los principios y valores. «Ni retrocesos ni desviaciones, avancemos con valores» es el lema.

Gerente de la Corporación hondureña de Desarrollo Forestal en el pasado, aunque esta institución dejó de existir, Pepe Lobo, casado y padre de cuatro hijos, se caracteriza por un discurso «muy general que no llega a lo especí­fico», dicen los crí­ticos.

En noviembre pasado, a este licenciado en administración de empresas por la Universidad de Miami y el menor de cuatro hermanos, su partido le volvió a dar una segunda oportunidad de llegar a la presidencia tras dejar aparcado al empresario de la maquila Mario Canahuati.