Lo urgente sobre lo planeado


Fue una trilogí­a de generar 700 mil empleos, junto a la marcha de un plan de vivienda y la polí­tica de seguridad con inteligencia lo que se planteó a los guatemaltecos como la oferta electoral que llevó a las actuales autoridades a ser electas para ejercer el gobierno.


Ayer se refirieron de manera distinta al tema de la creación de nuevas plazas el Vicepresidente de la República, Rafael Espada y el embajador de Estados Unidos, James Derham. Para el diplomático, es necesario que con nuevas oportunidades se generen esperanzas a nivel local para los ciudadanos, mientras que para el funcionario es difí­cil proceder con el cumplimiento de la propuesta por la inseguridad que existe en el paí­s.

Generalmente, los gobernantes van abandonando lentamente sus planes a largo plazo, aquellos que se dicen «del plan de gobierno», para convertirse en los apagafuegos de crisis a las que se enfrenta el Estado y que no son más que el reflejo de las serias dificultades con que se lidia el ciudadano común y corriente.

Se termina por retrasar aquellos proyectos que son de «cambio estructural», para atender el dí­a a dí­a que acapara la atención y el tiempo de los funcionarios de más alto nivel porque, de no ser atendidos, facilitarí­an situaciones de ingobernabilidad que complicarí­an más la situación.

Las necesidades de la población en las áreas en las que se basó la oferta electoral de la UNE siguen estando vigentes y, ante la crisis económica que se enfrenta, se deben haber ahondado. Esto quiere decir que si fue aceptado por el elector desde hace casi un año, ahora debe tener una mayor importancia en el nivel de vida de los ciudadanos.

Claro que debe ser complicado iniciar con la solución, pero no se puede renunciar a un esfuerzo antes de haber realizado serios intentos por lograrlo y que, al menos en la polí­tica de generación de empleos, no se han dado.

Sin dejar de lado lo urgente, se tiene que continuar con lo planeado. El paí­s requiere de atención permanente en ambas áreas y retrasar su puesta en marcha simplemente sustituye a largo plazo las soluciones por peores problemas.

El trabajo del equipo de gobierno debe llevar una ruta. «El plan de gobierno es la guí­a», dijo ílvaro Colom y con eso se referí­a a todos aquellos proyectos que buscaban los cambios estructurales más que los coyunturales. De alguna manera se debe retomar el esfuerzo de permitirle al ciudadano notar la diferencia en la asignación de prioridades.