La producción bananera para la exportación irrumpió a principios del siglo XX, las principales empresas: United Fruit Company y la Cuyamel. Casi hubo un estado de guerra entre Guatemala y Honduras por causa de esas empresas, es por ello que apareció un libro titulado NO ES GUERRA DE HERMANOS SINO DE BANANOS, de Virgilio Rodríguez Beteta. El asunto de los límites duró muchos años. Está explicado en la obra NUESTRO DERECHO INTERNACIONAL, de José Rodríguez Cerna.
El dictador Tiburcio Carías Andino gobernó hasta el año de 1948. Por esos años un pelotón de dictadores ejerció el poder en Centroamérica.
Uno de los historiadores del país es don Rafael Heliodoro Valle.
El territorio hondureño sirvió de base para el Ejército de Liberación que invadió Guatemala en junio de 1954.
La llamada Guerra del Futbol en 1968 significó un enorme esfuerzo por parte del pueblo pobre que daba la poca comida que tenían en sus ranchos para los soldados del frente Sur. Los salvadoreños consideraron que rápidamente ganarían la guerra pero se enfrentaron a una férrea voluntad del pueblo hondureño.
Con el triunfo de la Revolución Sandinista en Nicaragua, se formó el ejército de la Contra que desde Honduras invadió el vecino país con el apoyo de los Estados Unidos.
En la región de Choluteca los artesanos fabrican unos adornos con figuras de animales que venden en las orillas del camino.
Por el lado del lago Yojoa existen montañas impresionantes. En Gracias se ven bosques que forman el escenario en donde Lempira defendió la tierra hasta ser vencido por Rodrigo Ruiz, el invasor español.
Si alguna vez Honduras fue el país más pobre del área ya no lo es más. Después de las tormentas tropicales ha reconstruido puentes y carreteras, contando con la ayuda internacional.
Sin embargo existen en San Pedro Sula zonas rojas en donde la prostitución es un verdadero problema. Muchos jóvenes que forman pandillas son víctimas de un sistema excluyente. La delincuencia común exige del turista tomar precauciones al caminar.
Ante el problema actual ya ampliamente conocido mi opinión es que el golpe de Estado es inaceptable. En Honduras existen excelentes juristas que pueden dar una solución al problema. Ojalá que la justicia social llegue sin que los ciudadanos sufran el tremendo esfuerzo de una revolución. El problema es que las oligarquías no hacen nada por poner fin a tanta desigualdad.
De la misma forma que en Guatemala los políticos hablan de educar a los pueblos, pero en el fondo les conviene que no exista mucha instrucción precisamente para mantener salarios bajos y economías de consumo.
Casi sólo Costa Rica se salva de tantos golpes de Estado. Sería interminable escribir sobre estos asaltos al poder. Veremos si se consolida un golpe más en Honduras.
No se trata de seguir a un caudillo. Los pueblos tienen que comprender que están dadas las condiciones para una lucha en contra de la corrupción, el nepotismo, la marginalidad y la abismal diferencia en el salario.
Es un asunto de vergí¼enza nacional y para esto se necesita de hombres dispuestos al sacrificio por la patria.