En los oscuros días borrascosos que estamos viviendo, en este sacro suelo del istmo centroamericano dediquemos unos momentos, aunque sean unos breves momentos, a procurar algún bálsamo al espíritu que puede estar marchitándose para venirse abajo cual hoja seca que cae del árbol en la época otoñal.
Distraigámonos en el paseo, seamos gregarios, escuchemos programas de nuestra predilección en la radio, veamos lo letificante y edificante que se nos presenta a través de los medios televisivos y recurramos a cualquier otra forma. Y es que la hora del mundo, pero especialmente la de Guatemala, nuestra amada patria, es por demás dramática. Cotidianamente, a nosotros nos absorbe no pocas horas la lectura del libro, de los periódicos, de las revistas, de otras publicaciones serias que dejan algo positivo en la mente. Es así como podemos vivir tranquilamente y con estoicismo y optimismo frente al presente y al futuro. . Tratando de ejemplificar, hemos hecho vivificantes paréntesis en el tiempo que corre y vuela. Bajo el cielo gris de estos días, devoramos en hojeadas y más hojeadas, por así decirlo, una interesante, ilustrativa y deleitante obra literaria, de reciente edición, de la insigne licenciada en psicología y pedagogía Lilliam de Imery (graduada en la Universidad Landívar). La obra ostenta el título «Desde las entrañas del infierno». Son diez los capítulos que brinda al lector el libro de referencia. Citaremos tan sólo unos que nos parecen grávidos de sabiduría. ¡Veamos! El capítulo I: Un momento es fatal si nos perturba, aniquila y roba la paz. El capítulo II: El terror, cuando llena un vacío, lo rasga y lo amplía. El capítulo IV: La puerta se abre, la cortina se corre…, pero si no entra la luz la oscuridad persiste. El éxito del justo no es pensar en lo que ha perdido…, sino en lo que le queda. En la obra de Lilliam notamos creatividad admirable, a la que da difluencia en letras de molde prosaica y poéticamente. Continuemos. Como se indica en las primeras líneas del prólogo, la obra «no lleva el cometido de una total autobiografía; es mejor señalarla como una narración novelizada de muchas situaciones reales en su mayoría. En la búsqueda obsesiva y apasionante de ese «algo» para llenar un vacío existente en el ser humano casi desde que nace y que ensancha los caminos hasta perder el control de sus límites o cava zanjas profundas a sus pies que pueden, si no se percata a tiempo, llevarlo a desaparecer en ellas». Consideramos pertinente decir que leímos la más reciente obra literaria de Lilliam de Imery como a vuelo de pájaro; mas, no obstante, podemos decir que el contexto, en general, convence que la autora ha volcado esclarecido pensamiento; sus concepciones son el producto de su doctitud, o sea de sus sabios conocimientos y ricas experiencias atesorados a lo largo de una vida de exitosas realizaciones. Hay en dicha producción literaria refucilos de esoterismo u ocultismo. Dicho de otra manera, ¡hay misterio que espeluzna, que «da cosa»… e infunde cierto terror! Notamos, en fin, incluso, clara y convincente expresión de lo que se enmarca en lo contranatural, tanto es así que, como se asienta en el capítulo II, «algo» entró más que la arrogancia en la protagonista, a la que se le espeta la pregunta de si no sintió eso (ese «algo») en sus contactos con los «niños dormidos», dos criaturas abortadas por una madre deshumanizada que afectaron muchas horas la existencia de Miriam, que es la protagonista de la obra que someramente estamos comentando. Y, como quien dice, a un pasito de bebé del punto final, es del caso manifestar que hubiésemos querido ir hasta el fondo del contenido de la obra; pero no nos queda otra alternativa más que la de optar por detenernos en un recodo del camino en obsequio del laconismo, o sea en la superficie a contrapelo de la voluntad, pero no sin expresar por este medio nuestras sinceras felicitaciones a Lilliam por seguir dando rienda suelta al potro irrefrenable, indómito, de sus loables e irresistibles inquietudes literarias que mucho honran a la patria y dan a ella -a Lilliam%u2014 una satisfacción muy íntima y un orgullo legítimo que nimban su imagen de culta dama guatemalteca de alta jerarquía.