El 2 y 3 de diciembre de 2011 se reunieron en Caracas 33 Jefes de Estado y Cancilleres latinoamericanos, demostrando su voluntad política de constituir la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), el nuevo foro de integración continental que excluye a EE.UU. y Canadá.
Latinoamérica y el Caribe están, desde hace años, buscando su liberación política, económica y social, con la intención de resguardar sus culturas. Así también afrontan una lucha común y permanente para mejorar sus condiciones de vida. Naturalmente, sabemos que se persiguen variedad de objetivos políticos comunes que darán asistencia al logro sólido de una integración que marque un significado nuevo y diferente a la verdadera libertad, como lo soñaron algunos patriotas latinoamericanos que lucharon verdaderamente por la libertad y la dignidad de los pueblos latinoamericanos; en contraposición a las acciones codiciosas de naciones conquistadoras de primer mundo que históricamente han obtenido, en nuestra América Latina, únicamente materias primas cuasi regaladas a través del saqueo legalizado por gobiernos corruptos, por medio de transnacionales.
En los ’80 se constituyó el Grupo de Contadora (Colombia, México, Panamá y Venezuela) para promover la paz centroamericana ante los conflictos armados internos en El Salvador, Nicaragua y Guatemala. En los ’90 acaeció en el Grupo de Río, que continuó la labor de Contadora con más países involucrados, como Argentina, Brasil, Colombia, México, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela, que incorporaron de a poco a naciones de la Comunidad del Caribe (Caricom), en una trayectoria de 22 cumbres que abordaron situaciones clave de la región.
Lo que siguió fue la Cumbre sobre Integración y Desarrollo de América Latina y el Caribe (CALC), impulsada desde el Grupo de Río por el entonces presidente brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva, para articular procesos propios de integración y desarrollo frente a los desafíos de la crisis financiera de los países desarrollados, la crisis económica y la crisis alimentaria. El primer encuentro cumbre de la CALC en Brasil, en 2008, incluyó representaciones del Mercosur, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y el Grupo de Río.
La Celac estará formada por Antigua y Barbuda, Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Dominica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Granada, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, Panamá, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y Las Granadinas, Santa Lucía, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela.
La Declaración de Caracas, que proclama el nacimiento de la organización, el Plan de Caracas, que fija los lineamientos a seguir para que la Comunidad cumpla sus objetivos, el estatuto de funcionamiento y procedimientos y 18 comunicados que incluyen aspectos educativos, ambientales y de desarrollo social. La opinión mayoritaria se inclinó por darle a la Celac el carácter de foro de integración, sin burocracia funcionaria y complementaria de instancia como Unasur y la propia OEA.
Se espera que, finalmente, la Celac anule a la quebrada Organización de Estados Americanos –OEA–, la que fue concebida con la intención de resguardar y manejar el “patio trasero†que el socio principal mantuvo, imponiendo dictaduras, golpes de Estado y matanzas internas.
Razonemos y observemos.