Lo que el viento NO se llevó


La quí­mica entre Scarlett y Rhett (que llevaron en la vida real Leigh y Gable) fue uno de los elementos que más ha contribuido para hacer de esta pelí­cula un clásico. FOTO LA HORA: ARCHIVO

La popular pelí­cula «Lo que el viento se llevó», cumplió siete décadas. Filme de largas extensiones (casi cuatro horas), no apto para los que no se sienten cómodos tanto tiempo sentados viendo un largo romance, ha logrado permanecer a lo largo del tiempo como uno de los clásicos altamente recomendado entre los cinéfilos.

Mario Cordero
mcordero@lahora.com.gt

La fotografí­a de

A grandes rasgos, la historia cuenta el romance entre Scarlett O»Hara y Rhett Butler, que vieron concretada su pasión sólo hasta el tercer matrimonio de ella, en medio de la Guerra Civil. La historia, vivida desde el sur estadounidense, el más afectado tras la batalla, y que al final se privilegia el arraigo a la tierra.

La pelí­cula lleva la marca clásica de Hollywood -con un guión adaptado, pasado por el filtro de la aceptación previa en su formato de novela rosa, la cual fue escrita por Margaret Mitchell-, supo aprovechar el alto presupuesto con el cual fue financiado.

Y es que 4.25 millones de dólares para 1939, era una cifra altí­sima. Pero fue bien retribuida con los 400 millones (de los de aquellos tiempos) de dólares que recaudó en taquilla, lo cual, según las estimaciones de expertos, equivaldrí­a (con la inflación de 70 años) a recaudar unos 1.44 mil millones de dólares (de los de ahora), cifra que igualarí­a a «La guerra de las galaxias» o «ET, el extraterrestre».

TECNOLOGíA DE PUNTA

No sólo contó con un alto presupuesto. Para entonces, el Tecnicolor deslumbraba a la audiencia de las salas de cine; hace una década, apenas, estaban acostumbrados a pelí­culas mudas y en blanco y negro. Poco después, el sonido lograba sincronizarse con la imagen, y rápidamente vino el color.

Ernest Haller, encargado de la fotografí­a, fue quien más disfrutó de esta tecnologí­a, ya que se ha reconocido la asombrosa capacidad de él para generar la imagen escénica, sobre todo las fotografí­as en campo abierto, especialmente las que ilustraban las batallas de la Guerra Civil estadounidense.

La dirección del rodaje ha sido uno de los temas más discutidos, ya que contó con varios directores. George Cukor fue uno de los que más incidencia tuvo, sobre todo preparando el montaje previo. Pero finalmente serí­a Victor Flemming quien se llevarí­a el crédito (y posteriormente se llevarí­a el Oscar a la mejor dirección), lugar discutido, porque hay quienes aseguran que él sólo llegó a terminar el rodaje.

DETALLES DEL í‰XITO

Sin embargo, a quien realmente se le debe el éxito es a David O. Selznick, el productor del filme, quien acompañó de siempre el proceso, incluso la preparación de tres años en Atlanta, lo cual fue la mayor publicidad.

Pero no sólo fue de éxito económico. La Academia estadounidense le otorgó once premios Oscar, de trece nominaciones, incluyendo mejor pelí­cula, dirección, actriz (principal y secundaria), fotografí­a y guión, entre otros.

Todo un hito para la temprana historia de Hollywood. Y marcó el inicio de una época fí­lmica en la cual la Meca del cine ha favorecido más los éxitos taquilleros.

LOS PROTAGONISTAS

Pero si hay alguien a quien darle crédito, es a la actuación. Al menos 50 actores y 2 mil 400 extras, tuvieron que recrear los grandes bailes, las plantaciones y, sobre todo, la guerra.

Previo a la elección de la heroí­na, la rebelde Scarlett O»Hara, se barajeó las posibilidades de Katherine Hepburn, Joan Crawford, Lana Turner y Paulette Godard, divas del cine en blanco y negro. Sin embargo, se le otorgó el papel a la británica Vivien Leigh. Por su parte, el protagonista Rhett Butler fue personificado por Clark Gable.

La quí­mica entre ellos parece que fue la clave para el éxito de la pelí­cula. Una historia, quizá no de amor, sino de pasión en medio de la guerra, pudo haber sido la excusa perfecta para una historia romántica al extremo.

Gable, sin embargo, no pudo alcanzar la estatuilla del Oscar, pese a haber hecho una actuación perfecta.

La fórmula de éxito de Hollywood descubrió que la literatura muchas veces le puede dar un buen empujón. Y es que la novela original, de Margaret Mitchell, fue un éxito instantáneo entre los lectores desde su aparición en 1936.

La fusión de una historia inusual (la mujer rebelde que, al final, decide retornar y luchar por la tierra) y la fuerza actoral de Leigh, han hecho de ésta una de las pelí­culas clásicas favoritas, incluso entre los crí­ticos expertos y directores de cine.

«Aunque tenga que matar, engañar o robar, a Dios pongo por testigo de que jamás volveré a pasar hambre», es una de las frases llenas de fuerza con la que Scarlett captaba la atención de los espectador, incluso 70 años después.

DATOS Ficha técnica


TíTULO: Lo que el viento se llevó

DIRECCIí“N: Victor Flemming (créditos), George Cukor y Sam Word

AYUDANTE DE DIRECCIí“N: Eric Stacey

PRODUCCIí“N: David O. Selznick

NOVELA ORIGINAL: Margaret Mitchell

GUIí“N ADAPTADO: Sidney Howard

MíšSICA: Max Steiner

SONIDO: Thomas T. Moulton

FOTOGRAFíA Y MONTAJE: Ernest Haller

ESCENOGRAFíA: Edward G. Boyle

VESTUARIO: Walter Plunkett

REPARTO: Clark Gable, Vivien Leigh, Leslie Howard, Olivia de Havilland, Thomas Mitchell, Hattie McDaniel y Fred Crane

PAíS: Estados Unidos

Aí‘O: 1939

DURACIí“N: 224 minutos