En este país, la estupidez, no puedo llamarla de otra forma, la insensibilidad, el clasismo, el racismo y el desprecio hacia el que no consideramos igual es aberrante. Transcribo acá lo que hablaba un grupo de personas en un café esta semana. Quise levantarme y no escuchar tanta idiotez, pero preferí escuchar para contar en este espacio, algo que seguramente muchas personas piensan y proclaman, mientras una niña de 7 años es abusada por un coyote, mientras un adolescente muere intentando encontrar a su familia, mientras el gobierno crea una campaña sin sentido y  trata de criminalizar un grito desesperado de auxilio de miles de guatemaltecos.

“Que no se vayan, les dicen. Y que a los irresponsables que buscan “deshacerse” de ellos, los van a castigar. Bien hecho.

No hay que olvidar que el que mal obra,  mal acaba. Recuerden: la paga del pecado es muerte. Y es que hacer cosas fuera de la ley, es casi casi como pecar, más bien lo es. Porque al irse así, mienten y mentir es un pecado. Al irse así y exponerse a los ojos de los hombres se peca, así que luego no se quejen de abusos y reabusos, recuerden “dime con quién andas y te diré…”.

Y es que es lógico, las cosas hay que hacerlas bien, digo yo que les cuesta, sacar un pasaporte y tramitar la visa y si no se las dan, pues por algo será. Mejor que se queden en sus pueblos, que valoren su cultura, que cultiven las tierras. Si se van, ¿qué van a ir a hacer allá?, ¡no hablan inglés!, pero ni el español bien.

Dicen que no hay trabajo, pero yo no consigo “empleada doméstica”, honrada, limpia, buena y que me dure. Rápido se ponen con exigencias, viendo que se les da casa, comida, ropa. Y los hombres, irse de acá viendo cómo crece el campo de la construcción, digo, es absurdo.

Y que se vayan no es el problema, total… Se complica cuando los deportan, porque ¿a qué regresan?, a robar obviamente. Encima de nuestros impuestos hay que mantenerlos mientras se reubican y esas son las cosas que hacen que este país no salga adelante. Eso y que los gobiernos siempre tienen que estar ayudándolos, se han acostumbrado tanto que por eso no trabajan, por eso son así.

Acá son resucios, pero hay que ver si cuando están en Estados Unidos tiran una basurita en la calle. La verdad es que no encuentro salida a todo esto. Son un verdadero problema y por culpa de ellos ahora no se habla de otra cosa y seguro los temas importantes, esas decisiones que toman los políticos para aprovecharse más de los que trabajamos siempre, se disimula.

Todos pendientes de ellos ¿y los demás guatemaltecos qué? A quién le importa si me robaron mi iPhone por enésima vez, alguno de ellos, de esos que regresaron ha de ser. La gente bien de este país está desamparada.

“Que los castiguen, para que aprendan y que los pongan a ser productivos, faltaba más”.