Varias viviendas afectadas, caminos obstruidos por deslizamientos de tierra, pérdida de cultivos y de un puente, son por el momento los daños que las copiosas lluvias han provocado en el departamento de El Progreso.
El municipio de San Agustín reporta los mayores daños, debido a que un derrumbe mantuvo por varios días incomunicados a las y los vecinos que habitan la parte alta del lugar y que provee la mayor cantidad de productos agrícolas al mercado local.
Este problema está resuelto en parte, porque los vecinos se organizaron y habilitaron el paso, pero se necesita maquinaria pesada que sólo la Dirección de Caminos posee, informó Gustavo García Cárcamo, secretario de la Gobernación Departamental.
En el área urbana del municipio, el río Hato socavó las raíces de una Ceiba de más de 150 años y cayó sobre el puente del mismo nombre, causando daños irreversibles, indicó Víctor Manuel Orellana Pérez, director de la Oficina de Planificación Municipal (OMP).
Orellana agregó que dicha infraestructura debe ser reconstruida, por lo que la oficina a su cargo elabora el presupuesto para hacer la petición correspondiente a la Dirección General de Caminos y al Consejo Departamental de Desarrollo, con carácter de urgencia, debido a que este medio es de suma importancia para la economía del departamento y para el desplazamiento de más de 9 mil personas.
El delegado departamental de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), Héctor Pérez, reveló que un deslizamiento de grandes proporciones ocurrido en la comunidad de Cerro Gordo, en el municipio de Morazán, causó la pérdida de una gran extensión de cultivo de maíz, frijol y tomate.
También en la comunidad de El Morral, del municipio de Guastatoya, se registró un hundimiento de una de sus calles principales y ocasionó daños leves en cinco viviendas, cuyos habitantes han tenido que desplazarse a casas de familiares o vecinos.
La Conred se mantiene en alerta institucional y llama a los vecinos a que tomen todas las medidas de precaución, principalmente quienes habitan en las riberas de los ríos y viviendas, con algún grado de daño, agregó el profesional, quien aseguró que no se han registrado pérdidas humanas.