Lluvia de crí­ticas sobre una insulsa Berlinale


El director francés Philippe Claudel y la actriz Elsa Zylberstein posan frente a un afiche de la Berlinale. El Festival de Cine alemán no ha tenido crí­ticas positivas por la muestra seleccionada.

«Una competición aburrida», salpicada de «malogradas tragedias y thrillers amorfos», un déficit de audacia y de nuevos talentos, cineastas confirmados faltos de inspiración… la 58º edición de la Berlinale, que mañana entregará el Oso de Oro, ha recogido crí­ticas severas.


«Aburrida, poco excitante», la competición, orquestada por séptima vez por Dieter Kosslick como director artí­stico, ha decepcionado a la mayorí­a de la crí­tica y de los periodistas, cuyo humor ha sido «mucho menos clemente que la meteorologí­a», casi primaveral en Berlí­n, estima la revista Variety.

Sobre el papel, el programa era, sin embargo, «el más alentador de los últimos años, pero pocas de las pelí­culas» suscitaron finalmente apenas entusiasmo ni fueron «innovadoras», según la publicación.

«A esta Berlinale ¡le falta cruelmente pasión, audacia, arrebatos de locura, riesgos!», lamenta Nicolas Crousse, crí­tico del diario belga Le Soir. «Le falta terriblemente personalidades como Herzog, Cimino o Eustache, de quienes se adoran o se detestan los filmes», explica.

Desde su proyección, al dí­a siguiente de la apertura del festival el 7 de febero, «There will be blood» (Pozos de ambición), del estadounidense Paul Thomas Anderson, con Danel Day-Lewis (nominado a un Oscar por este papel), se ha mantenido como favorita entre las crí­ticas de la prensa.

«Para emplear una fórmula generosa, la competición ha sido muy regular, excepto «There will be blood»», defendió el diario Tagesspiegel.

«Una vez más, el comité de selección ha puesto el acento sobre las figuras bellas, sin prestar la atención necesaria a las calidades estéticas y narrativas», acusó el diario berlinés.

Pero el jurado, ¿decidirá recompensar la ambiciosa obra de Anderson, en la que Day-Lewis actúa como un duro magnate del petróleo, teniendo en cuenta que ya ha sido unánimemente aplaudida con ocho nominaciones a los Oscars, premios en los Golden Globe estadounidenses o en los Bafta británicos?

Por este motivo, no se excluye que el jurado se decante por un filme menos conocido, como el poético «Lake Tahoe», del mexicano Fernando Eimbcke, o el alemán «Cherry Blossoms-Hanami», de Doris Dorrie, que conmovieron al público.

«La Berlinale arrancó con belleza con el documental de Martin Scorsese sobre los Rolling Stones, pero después de varios dí­as, emergió un consenso: las cintas en competición proyectadas corren el riesgo de ser eclipsadas por las que ya salieron al mercado», según la revista Screen.

Sin embargo, «Happy-go-Lucky», del británico Mike Leigh, un afable retrato de una mujer optimista, ha agradado casi tanto como «There will be blood».

«En una selección basada en tragedias malogradas y thrillers amorfos, el filme de Leigh constituye una turbulenta y feliz excepción», opina el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung.

«La Berlinale, ¿ha envejecido de repente?», se interroga por su parte Hollywood Reporter, citando la edad de los cineastas veteranos seleccionados: Amos Kollek (61 años), Mike Leigh (64), Yoji Yamada (76), Andrzej Wajda (81)…

Elegir además a Costa-Gavras, de 75 años, como presidente del jurado, responde más bien a una decisión reverente que a un gesto osado y determinante, según la revista.

Esta edición ha sufrido además la baja de dos miembros del comité, la danesa Susanne Bier y la francesa Sandrine Bonnaire, que no fueron remplazadas.

Otro revés: la actriz francesa Jeanne Moreau, una gran asidua de la Berlinale desde 1950, no asistió a un homenaje organizado el pasado martes en ocasión de su 80 aniversario.

La reputada artista permaneció en la habitación de su hotel tras un debate en la embajada francesa con el israelí­ Amos Gitai, quien la dirigió en «Plus tard, tu comprendras», proyectada fuera de concurso.