Llueven las quejas contra el Renap


Con el inicio del año nuevo se ha producido una verdadera lluvia de quejas en los medios de comunicación en contra del Registro Nacional de las Personas, Renap, por las largas colas para gestionar la entrega del nuevo documento de identificación y la tardanza para la entrega del mismo.

Félix Loarca Guzmán

El pasado lunes en su habitual emisión nocturna, los reporteros del noticiero de televisión Telecentro 13, entrevistaron a algunas personas sobre este tema quienes expresaron su frustración e inconformidad con el mal servicio del Renap, señalando que después de varias semanas no han logrado que les entreguen el documento de identificación creado para sustituir la cédula de vecindad.

Muchos ciudadanos han atendido la invitación que esa institución está realizando mediante una campaña masiva de publicidad a efecto que los mayores de edad se acerquen a esas oficinas durante el mes de su cumpleaños para solicitar el DPI. Aunque en la página de Internet de esa entidad se aseguraba que la entrega se harí­a en quince dí­as hábiles, todo ello nunca se ha cumplido.

Un humilde obrero relató que el pasado mes de diciembre cumplió años, por lo que se presentó a una de las oficinas del Renap de la ciudad capital de Guatemala, solicitando el documento de identificación. Su sorpresa fue que se lo ofrecieron hasta para la primera quincena de febrero.

En las oficinas de ese registro que operan en los departamentos, el calvario es todaví­a mayor pues los ciudadanos tienen que madrugar a las cuatro o cinco de la mañana, a efecto de lograr un buen lugar en la fila, pues sólo entregan una determinada cantidad de números para poder ingresar. Este método está causando mucho malestar entre la población.

En otros casos, las denuncias señalan que en algunos lugares los registradores civiles salieron de vacaciones el pasado mes de diciembre sin dejar a un registrador auxiliar, razón por la cual no habí­a nadie que pudiera firmar las respectivas certificaciones.

También se han producido denuncias sobre mala atención de parte de algunos de los empleados, lo cual pone en entredicho la buena imagen que se quiso proyectar desde el principio sobre que por tratarse de una nueva institución la misma funcionarí­a en forma satisfactoria sin los vicios tradicionales que caracterizan a la administración pública.

Consideramos que esta situación del mal servicio a los ciudadanos no puede prolongarse por más tiempo, por lo que es conveniente que las respectivas comisiones del Congreso de la República y el Procurador de los Derechos Humanos hagan algo para ejercer la adecuada fiscalización sobre el funcionamiento de esta institución, cuya credibilidad se está derrumbando de manera estrepitosa.