Llueve sobre mojado en Haití­


Una haitiana llora por la pérdida de su hija, muerta por los disparos de unos policí­as. FOTO LA HORA: AFP OLIVIER LABAN-MATTEI

Una potente réplica acaba de recordar la peor pesadilla de Puerto Prí­ncipe. En el hotel del barrio de Petionville, algunos periodistas, huéspedes y empleados han salido en estampida del edificio a las seis de la mañana.

REDACCIí“N INTERNACIONALES
lahora@lahora.com.gt

Imagen satelital que simula el área del terremoto. FOTO LA HORA: AFP

El suelo y las paredes volvieron a rugir y las ruinas a temblar. Durante la noche lloviznó de vez en cuando y eso hizo temer por las decenas de miles de personas que duermen en la calle. Pero cuando acababa de amanecer, el temblor ha hecho temer que se hayan producido más muertes. Apenas duró unos segundos, pero hay tantos edificios en ruinas en la ciudad, tanta gente viviendo aún en ellos y tanta gente entre los escombros, que una décima en la escala Richter más arriba o más abajo puede determinar la muerte de muchas personas.

El Instituto Geológico de Estados Unidos (USGS) ha registrado una réplica de magnitud 6,1 en la escala de Richter en Haití­, según informa Reuters. El epicentro, localizado a 9,9 kilómetros de profundidad y a 42 kilómetros al noroeste de Jacmel, una de las localidades más afectadas por el seí­smo de hace una semana, y a 60 de Puerto Prí­ncipe.

El terremoto del pasado 12 de enero -cuyo epicentro se registró a 10 kilómetros de profundidad y a 15 kilómetros de la capital- afectó a los veinte municipios del departamento de Oeste -en especial, Carrefour, Grand-Goave, Gressier, Léogane, Petit-Goave y Puerto Prí­ncipe- y a los diez del departamento de Sureste -sobre todo su capital, Jacmel- y causó al menos 75 mil muertos, 250 mil heridos y más de un millón de personas sin hogar, según los últimos dados de la Dirección de la Protección Civil (DCP, organismo dependiente del Ministerio del Interior).

Joseph Jean Roveherau, jefe de Comunicación del primer ministro haitiano, Jean Max Bellerive, ha informado de que el número de muertos recogidos en las calles oscila entre los 75 mil y los 80 mil. «Las cifras son aproximadas, pero ése es nuestro cálculo. Somos conscientes de que aún se sacarán muchos cadáveres de los escombros y de que muchas familias han enterrado a sus muertos en sus jardines. Pero la inmensa mayorí­a de las ví­ctimas yace en fosas comunes. No me pregunte cuántas fosas hay porque no lo sé».

El miércoles pasado, al dí­a siguiente del temblor, Bellerive declaró que el saldo de muertes podrí­a superar los 100 mil. La cifra que ofreció ayer su jefe de Comunicación era menor, pero se limitaba a constatar los muertos encontrados en las calles.

Los miembros del Gabinete llevan una semana sin efectuar apenas declaraciones en los medios nacionales, sobre todo, porque apenas queda ningún medio en pie. Hasta ayer, la Televisión Nacional de Haití­, el principal canal del paí­s, sólo habí­a emitido conexiones con emisoras francesas. Nada de producción propia. Ayer, los periodistas accedieron a entrar en el edificio, que se balanceó varias veces el dí­a del terremoto, antes de asentarse. Pero los reporteros reclamaron que se improvisara un estudio con una cortina junto a la puerta. Allí­ se celebró la entrevista con el jefe de Comunicación del ministro.

Frente al estudio improvisado donde tení­a lugar la entrevista a puerta abierta, bajo dos antenas parabólicas de unos tres metros de diámetro se congregaban cientos de afectados por el terremoto que se habí­an quedado sin casa. «Les damos comida, les ofrecemos nuestra instalación y también los servicios de un médico muy voluntarioso que viene todos los dí­as. Pero los medicamentos ya se han agotado», explica Max Beauvoir, director del canal.